que quiere decir que utilizamos los derivados de la tecnología espacial en muchas situaciones cotidianas de nuestra vida
Respuestas
Respuesta:
no sé si te sirva de mucho por qué me voy a vasar en lo que yo opinión.
Segun yo se refiere a que las personas utilizan el gps y el gps está fuera de la capa atmosférica osea que está en órbita.
Explicación:
es lo que yo creo no se si te sirva
1. Medir la temperatura del oído como la de las super novas
Cuando se habla de la temperatura que hay en la superficie de una estrella, como hacíamos el otro día en el caso de Betelgeuse, no es porque una de nuestras naves o sondas ha ido hasta allí a poner un termómetro. Estas mediciones se realizan con infrarrojos, y con este mismo sistema la NASA desarrolló el primer termómetro aural, en colaboración con Diatek Corporation.
Concretamente esta tecnología se desarrolló en el Laboratorio de Propulsión de la NASA (el JPL, Jet Propulsion Laboratory) en Pasadena (California), para misiones en las que se tuviese que realizar este tipo de mediciones (una de ellas es por ejemplo el IRAS, Infrared Astronomical Satellite). Así, del mismo modo que estas sondas miden la temperatura de estrellas y planetas interpretando los infrarrojos que emiten, el termómetro aural mide la del oído.
2. Los astronautas no inventaron la rueda, pero algo han tenido que ver con sus mejoras
No sólo de naves se trata, todo el equipamiento para vuelos espaciales y a grandes alturas requiere en la mayoría de casos materiales o refuerzos especiales y así fue para los paracaídas que se abrían en las tomas de tierra de los Viking de la NASA en Marte. Hablamos de finales de los 70 y principio de los 80, momento en el cual el fabricante de neumáticos Goodyear desarrolló un material con una estructura molecular en cadena, la cual le daba una fuerza cinco veces mayor a la del acero para estos paracaídas especiales.
Nasa Viking 01
El Vinking 1. (Crédito: NASA)
Habiendo servido para el espacio, el fabricante pensó en su aplicación en tierra firme tras comprobar la fuerza y durabilidad del material. De este modo, lo aplicó a su producto fabricando un nuevo neumático que esperaba durar 10.000 millas más (unos 16.090 kilómetros) que los neumáticos convencionales, según la publicación original.
3. Células de energía solar: de los satélites a nuestro tejado
Para vuelos a grandes alturas y con una duración de días era necesario idear una fuente de energía eficiente y que no supusiese una carga de peso importante. La alianza Environmental Research Aircraft and Sensor Technology (ERAST) de la NASA se puso manos a la obra con este fin y finalmente crearon las células solares de silicio, las cuales se usan en las placas solares convencionales de la actualidad.
Panel Solar
4. El mundo necesita súper prótesis
Hace un año hablamos aquí de un guante robótico espacial y ya comentamos que ése y otros similares eran inventos de aplicación en el espacio que podían aportar algo en el campo de la salud. Y una de esas aplicaciones es el desarrollo de nuevas prótesis para animales y seres humanos capaces de simular al máximo posible un miembro funcional.
Brazo Bionico
Así, lo que en la NASA ha servido para su propia robótica y las actividades extravehiculares (EVA) se está usando para la creación de prótesis avanzadas y cómodas, para lo cual también ha sido útil además del avance de la robótica y la electrónica (sensores, etc.) el estudio y la creación de nuevos materiales.
5. Gracias, NASA, por la aspiradora sin cable
Hoy en día se han popularizado mucho los robots aspiradores (aquí de hecho estamos probando bastantes), pero fueron sus antepasados directos los que llegaron a ser producto de consumo gracias a alguna de las tecnologías creadas para las misiones espaciales de la NASA Apollo y Gemini. Hablamos de las aspiradoras inalámbricas de mano, lo que se conoce como Dustbuster por el producto que desarrolló Black & Decker.
Dustbuster
El fabricante se encargó de crear un taladro portátil capaz de extraer muestras de la superficie lunar. Para ello desarrolló un software para optimizar el diseño del motor del taladro, y la optimización de esta tecnología llevaría al diseño de la Dustbuster (1981).
6. La aportación a los cuerpos de bomberos
Cuando hablamos del primer traje para el espacio vimos que las primeras ideas (partiendo de un desconocimiento relativo de lo que había "allá fuera") ya contemplaban que fuese un traje ignífugo como condición sine qua non. Además, los precursores de lo que sería aquel primer traje que vestiría Yuri Gagarin ya contemplaban que al portador no debería faltarle en ningún momento el oxígeno estando bajo esa escafandra espacial.
La investigación en este sentido se incrementó hacia 1950 según explicaron en la agencia, cuando el Dr. Carl Marvel sintetizó polibencimidazol (PBI) estudiando los polímeros resistentes a altas temperaturas para las Fuerzas Aéreas estadounidenses, a lo cual la NASA le echó el ojo (y la inversión) para llevárselo al terreno aeroespacial.
Bomberos
Tras un accidente con incendio en los tests del Apolo I, la agencia reforzó la investigación en los materiales ignífugos y se optó por el PBI para los trajes, y un par de años después (en 1978) este material se empezó a usar en los cuerpos de bomberos de Estados Unidos.