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Para lograr mantenerse en el aire hay que vencer la fuerza de gravedad. Otra fuerza completamente cotidiana cuya existencia damos por sentada.
Vuelan gracias a El principio de sustentación, también llamado principio de Bernoulli, por su descubridor Daniel Bernoulli nos dice que "la presión ejercida por un fluido es inversamente proporcional a su velocidad de flujo."
A partir de este sencillo principio es que entra en juego la ingeniería humana.
El diseño aerodinámico del avión utiliza esta ley para superar la fuerza de gravedad. Considerando el hecho de que el aire es un fluido y estamos todos inmersos en él, debemos tener en cuenta que éste ejerce una presión sobre nosotros, y sobre todo objeto con el que tiene contacto.
Las alas del avión están diseñadas de modo de generar una diferencia de velocidades entre el aire que está por debajo del ala del avión (cara inferior, llamada intradós) y el que circula por su cara superior (llamada extradós), como tiene que recorrer una trayectoria más larga, va a a una velocidad alta y ejerce una presión baja sobre el ala.
Por el contrario, el aire que circula bajo el ala, o intradós, va más lento porque realiza el camino más corto y ejerce una presión mayor sobre el ala, proporcionando la fuerza de sustento que lo empuja hacia arriba. Es decir, en contra de la fuerza de gravedad.
Y eso es todo. La magia de la física en acción.