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Respuesta:
Con la edad, cambia nuestro cuerpo, y también nuestras necesidades nutricionales
Lo que necesita comer para mantenerse sano un bebé no es lo mismo que un niño, o las necesidades de una persona mayor no son iguales que las de un joven, o las de un bebé que un adulto.
Aunque parezca obvio, no lo es para algunos. Hace un tiempo me encontré con una dieta milagro llamada “dieta del potito”. Esa dieta consistía en que los adultos debían alimentarse durante el día con potitos de bebés para conseguir bajar de peso.sto no tiene ningún fundamento científico, pero además la alimentación varía de acuerdo a lo que necesita cada persona y la etapa de la vida en la que se encuentre. Por ejemplo, las vitaminas y minerales, son esenciales en la población más vulnerable (adultos mayores, embarazadas, mujeres en lactancia, niños pequeños) para el buen estado de salud.
Primera infancia
El bebé recién nacido requiere de muchas calorías, que son aportadas a través de la leche materna o leche de fórmula hasta los 6 meses de forma exclusiva.
A partir de los 6 meses se recomienda comenzar con la alimentación complementaria porque el niño poco a poco aumenta sus necesidades tanto de calorías como de nutrientes, que ya no se cubren totalmente con la leche materna o de fórmula. Es el momento de comenzar a incorporar progresivamente alimentos variados, carne, pescado, huevos, cereales, frutas, verduras y lácteos para cubrir con las necesidades nutricionales y lograr un correcto crecimiento de todos los niños.
Edad escolar:
Abarca un período de tiempo a partir de los 3 hasta los 12 años. Es una etapa de importante adquisición de conocimientos y de desarrollo físico del niño.
Por tanto, el escolar necesita en su alimentación desarrollar con la ayuda familiar hábitos saludables y realizar 5 comidas al día para que no transcurra mucho tiempo entre ingestas.
A pesar de que ya no es necesario variar lo que come el niño de lo que comen sus padres, sí debemos tener en cuenta y respetar sus señales de hambre y de saciedad, porque nadie mejor que él conoce la cantidad de alimento que necesita.
Se deben incluir alimentos como verduras, arroz, pastas, legumbres, carnes, pescados, huevos, lácteos y frutas. Así como también evitar el consumo excesivo de azúcares e hidratos de carbono que pueden predisponer a la aparición de problemas de obesidad, diabetes, entre otros.
Es un tiempo de aprendizaje de buenos hábitos alimentarios y en el cual se determinará su comportamiento alimentario en la edad adulta.
Adolescencia
Es una edad en las que se producen muchos cambios físicos y hormonales importantes, esto hace aumentar los requerimientos energéticos y las necesidades de algunos nutrientes más que otros.
Los requerimientos a cubrir de calcio y fósforo, son importantes ya que es el momento en que se alcanza el pico de densidad ósea y se necesita más que en la etapa escolar. Se debe hacer énfasis en el consumo de lácteos, o alimentos ricos en calcio, carnes, pescados y alimentos ricos en vitaminas y minerales (legumbres, frutas y hortalizas).
Otro mineral que aumenta y varía con el sexo es el hierro por el incremento de la masa magra y del volumen sanguíneo. Se aconsejan alimentos ricos en hierro, y también en vitamina C que ayuda a aumentar la absorción de hierro.
Dependerá, por ejemplo, del gusto personal, la educación e información nutricional, las costumbres culturales, lo económico, la disponibilidad de los alimentos, y por supuesto, la edad, el sexo, el peso, las necesidades fisiológicas especiales (embarazo, lactancia, menopausia…), la actividad física (trabajos pesados, ligeros, moderados), así como también del índice de metabolismo basal.
Para lograr un correcto estado nutricional la alimentación debe ser equilibrada, es decir que debemos aportar alimentos variados (frutas, vegetales, cereales, leguminosas, lácteos, carnes, huevo, frutos secos), en cantidades adaptadas a nuestros requerimientos y condiciones personales. Destacando que es tan importante la cantidad como la calidad de la dieta, y que hay que acompañarla con actividad física, lo que permitirá mantener una buena calidad de vida y prevenir enfermedades.
Adulto mayor
A partir de los 60 o 65 años, se produce es una disminución del gasto energético por lo que las calorías totales que se ingieren deben disminuir, pero no así el aporte de nutrientes. Esto último es importante destacarlo porque generalmente el apetito comienza a descender y hay que estar atentos para evitar déficits nutricionales.