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Explicación:Las Etapas
Existen 2 etapas que mancaron la industrialización una llamada primera revolución industrial (1760-1870) caracterizado por el crecimiento regular de la población generando mano de obra abundante y la producción agrícola, la división del trabajo industrial provocando un cambio en la estructura de la población activa, la introducción de innovaciones técnicas, la configuración de la fábrica como lugar de producción, la articulación de mercados más amplios a través de la expansión del comercio y el desarrollo de una mentalidad empresarial, focalizado especialmente en el mundo del textil algodonero y la siderurgia y que finalizaría con una grave crisis debido a la sobreproducción que generaba.
Y una segunda revolución industrial (1870-1914) que la superaría con la introducción de novedades en el campo de las fuentes de energía y la aparición de nuevos sistemas de producción, transporte, comunicación y financiación truncados, en parte, en 1914 por el estallido de la primera Guerra Mundial.
Primera revolución industrial
La primera revolución industrial que tuvo lugar en la mitad del siglo XVIII y XIX tiene como principal característica la aparición de la mecanización que había hecho cambios significativos en casi todos los sectores de la vida humana.
La fabricación principal estaba tejiendo lana. Pero fue en la producción de los tejidos de algodón que comenzó el proceso de mecanización, es decir, del paso de la manufactura al sistema fabril.
La mecanización se extendió del sector textil para la metalurgia, para el transporte, para la agricultura y para otros sectores de la economía. Diversos inventos revolucionaron las técnicas de producción y alteraron el sistema de poder económico.
La invención de máquinas, el aprovechamiento de la energía calorífica del carbón mineral y su transformación en energía mecánica para hacer funcionar las máquinas representaron un gran avance en las técnicas empleadas para la fabricación de mercancías y consecuentemente, en el aumento de la producción.
por tanto, Inglaterra se pasó de la manufactura a la maquinofactura. Producía y vendía sus productos industriales en todo el mundo, gracias, entre otros factores, a la expansión del sistema colonial. De esta forma, en el siglo XVIII, el país se convirtió en la nación capitalizada del mundo, siendo Londres la capital financiera internacional.
Este momento representó una verdadera revolución en el modo de producir mercancías en tiempo bastante menor, si se compara a la manufactura.
El desarrollo inicial de las industrias textiles mecanizadas en gran parte de Europa y Estados Unidos dependía de muchas de estas invenciones británicas. Esta revolución se conoció como Primera Revolución Industrial.
Segunda revolución industrial
Esta es una nueva etapa de crecimiento económico, caracterizada por un extraordinario progreso científico y técnico que facilitó un rápido desarrollo de todos los medios de producción y de nuevas formas de organizar la producción y el trabajo. Esta nueva etapa en el desarrollo económico de las potencias industriales se prolongó hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.
Entre los años 1870 y 1880 se comenzaron a producir una serie de cambios en la producción industrial que llamamos Segunda Revolución de la Industrial y que establecieron las bases del actual sistema de producción.
Los inicios de este proceso, que se prolongó hasta 1920, los encontramos en Estados Unidos y se produjo también en el Reino Unido, Francia, Alemania y Japón.
Esta segunda Etapa de la revolución se caracterizó por la mejora de la producción gracias a la incorporación de nuevas fuentes de energía como la electricidad y el petróleo, la obtención de nuevos materiales como el acero y la aplicación de nuevas formas de trabajo como la automatización y el trabajo en cadena. Además, surgió un nuevo tipo de capitalismo: el capitalismo financiero, fruto de las grandes inversiones realizadas con los beneficios que había aportado el primer estallido industrial y el dinero procedente de la banca.
La electricidad, que ya había sido descubierta en el siglo XVIII, sustituyó gradualmente el vapor de agua como fuente de energía. El uso industrial de la electricidad fue posible en encontrar maneras de generarla (turbina y dinamo), transportarla y almacenarla (acumulador) y convertirla en energía mecánica (motor eléctrico).