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Respuesta:
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Explicación:
Las festividades durante el siglo XIX
Las fiestas y los espectáculos públicos formaban una conexión entre los distintos estratos sociales de la sociedad
del siglo XIX. Dichas fiestas evidenciaban la distinción de
la alta cultura, donde las clases menos favorecidas tenían
la oportunidad de ver los modelos y normas sociales no
asequibles de otro modo. Las principales fiestas de orden
social o común eran las religiosas: peregrinaciones, misas
de corpus y novenarios venían acompañadas con verbena, música, baile, gastronomía y, en algunas ocasiones,
divertimentos plenamente populares como peleas de
gallos. En lo cívico, las efemérides venían acompañadas
de grandes juegos de pirotecnia y diversión para toda la
comunidad.
Los llamados “clubes” iniciaron sus actividades
como entretenimiento para las clases acomodadas.
Por ejemplo, en Querétaro en 1818 se estrenó la casa
de la gran sociedad, cerca del centro, que contaba con
mesas de billar, mesas para naipes, fonda, café, tienda de licores y “cuartos decentes para hospedaje de
personas decentes”. Este tipo de clubes también servían a las clases acomodadas para tener sitios donde
pudieran hacer fiestas, como el Casino de Querétaro,
fundado en 1881, un centro de entretenimiento y relaciones sociales. Su propósito consistía en distinguirse
de los centros de entretenimiento populares, como las
pulquerías o las llamadas piqueras. Su acceso era muy
exclusivo y había que pagar una cuota considerable
para poder acceder a sus servicios. En él se organizaron
importantes fiestas durante más de dos décadas y fue
punto de reunión para las clases altas del estado.
Por su parte, el pueblo llano encontraba sus distracciones en tabernas que ostentaban nombres mitológicos y en las casas de juego. En todos estos lugares se
vivía también una vida social intensa, pues en ella convivían casi todos los estratos, aunque por lo regular eran
concurridas por campesinos y trabajadores; pero en el
caso de las casas de juegos, donde se jugaba baraja y
naipes, también concurrían clérigos y hacendados.
Otra parte importante y común en la sociedad de
la época fueron los bailes, en privado y en público se
bailaban comúnmente valses, danzas y zarzuelas. En
este tipo de entretenimiento se evidenciaba aún más
la estratificación social, pues cada clase tenía sus propios gustos musicales, sus propias bebidas y un estilo
peculiar de convivir. Mientras las clases acomodadas
los utilizaban para relaciones políticas, en la verbena
popular había comercio, vendimias, pulque, peleas de
gallos, toros y riñas ya avanzados los festejos.
El teatro fue el ámbito donde existía una mezcla
entre la sociedad. Todo el que pagara su boleto tenía derecho a ver la representación de autores como
Shakespeare o Zorrilla, e incluso obras de corte popular; sin embargo, los precios de cada boleto cumplían
con el mismo propósito de estratificar a la sociedad.
Para 1852 se inauguró en Querétaro el Teatro Iturbide,
donde en sólo una década se estableció el gusto por la
ópera, casi exclusivo de las clases altas. El pueblo medio se volcó entonces a sus antiguos divertimentos de
los toros y las peleas de gallos.