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El mendigo del túnel de 8 de octubre
El túnel que une la calle 8 de octubre con 18 de julio, aquí en Montevideo, es protagonista de una narración urbana que circuló oralmente durante un extenso período de años. Cuentan que poco después que dicho túnel fuera estrenado, un mendigo en estado de ebriedad -que daba un vistazo a la nueva obra desde arriba- cayó al suelo tras perder el equilibrio. Desorientado, el hombre decidió introducirse en la boca de la novísima construcción. Lo hizo con tanta mala suerte que tomó la senda contraria, siendo atropellado por un trolebus y perdiendo la vida inmediatamente
Desde entonces, cuentan que la silueta del mendigo puede entreverse en ocasiones en medio del pasaje, cuando los buses transitan a gran velocidad. La figura desaparece momentos antes de repetir el impacto que sufriera en vida, como si intentara una y otra vez salir del túnel que lo llevó a la muerte. El relato tenía un agregado que no era menor, y que era repetido con frecuencia por madres crédulas y preocupadas: nadie que osara aventurarse a pie por un extremo del túnel lograba encontrar la vía de salida, ya que el mendigo atraía inevitablemente a los caminantes a su mismo destino fatal.Punta del Diablo
Los viejos habitantes de Punta del Diablo cuentan a los visitantes que hace muchos años se construyó sobre la costa de piedra una gran mansión sin que nadie supiera a quién pertenecía; algunos dicen que su propietaria era una millonaria que quiso que su identidad permaneciera en secreto durante todos estos años. Lo cierto es que el silencio se combinó perfectamente con la quietud de este bellísimo lugar en el que sólo se escuchan el viento, las olas y el canto de algunos pájaros marinos.
El mendigo del túnel de 8 de octubre
El túnel que une la calle 8 de octubre con 18 de julio, aquí en Montevideo, es protagonista de una narración urbana que circuló oralmente durante un extenso período de años. Cuentan que poco después que dicho túnel fuera estrenado, un mendigo en estado de ebriedad -que daba un vistazo a la nueva obra desde arriba- cayó al suelo tras perder el equilibrio. Desorientado, el hombre decidió introducirse en la boca de la novísima construcción. Lo hizo con tanta mala suerte que tomó la senda contraria, siendo atropellado por un trolebus y perdiendo la vida inmediatamente
Desde entonces, cuentan que la silueta del mendigo puede entreverse en ocasiones en medio del pasaje, cuando los buses transitan a gran velocidad. La figura desaparece momentos antes de repetir el impacto que sufriera en vida, como si intentara una y otra vez salir del túnel que lo llevó a la muerte. El relato tenía un agregado que no era menor, y que era repetido con frecuencia por madres crédulas y preocupadas: nadie que osara aventurarse a pie por un extremo del túnel lograba encontrar la vía de salida, ya que el mendigo atraía inevitablemente a los caminantes a su mismo destino fatal.
etc.
El túnel que une la calle 8 de octubre con 18 de julio, aquí en Montevideo, es protagonista de una narración urbana que circuló oralmente durante un extenso período de años. Cuentan que poco después que dicho túnel fuera estrenado, un mendigo en estado de ebriedad -que daba un vistazo a la nueva obra desde arriba- cayó al suelo tras perder el equilibrio. Desorientado, el hombre decidió introducirse en la boca de la novísima construcción. Lo hizo con tanta mala suerte que tomó la senda contraria, siendo atropellado por un trolebus y perdiendo la vida inmediatamente
Desde entonces, cuentan que la silueta del mendigo puede entreverse en ocasiones en medio del pasaje, cuando los buses transitan a gran velocidad. La figura desaparece momentos antes de repetir el impacto que sufriera en vida, como si intentara una y otra vez salir del túnel que lo llevó a la muerte. El relato tenía un agregado que no era menor, y que era repetido con frecuencia por madres crédulas y preocupadas: nadie que osara aventurarse a pie por un extremo del túnel lograba encontrar la vía de salida, ya que el mendigo atraía inevitablemente a los caminantes a su mismo destino fatal.Punta del Diablo
Los viejos habitantes de Punta del Diablo cuentan a los visitantes que hace muchos años se construyó sobre la costa de piedra una gran mansión sin que nadie supiera a quién pertenecía; algunos dicen que su propietaria era una millonaria que quiso que su identidad permaneciera en secreto durante todos estos años. Lo cierto es que el silencio se combinó perfectamente con la quietud de este bellísimo lugar en el que sólo se escuchan el viento, las olas y el canto de algunos pájaros marinos.
El mendigo del túnel de 8 de octubre
El túnel que une la calle 8 de octubre con 18 de julio, aquí en Montevideo, es protagonista de una narración urbana que circuló oralmente durante un extenso período de años. Cuentan que poco después que dicho túnel fuera estrenado, un mendigo en estado de ebriedad -que daba un vistazo a la nueva obra desde arriba- cayó al suelo tras perder el equilibrio. Desorientado, el hombre decidió introducirse en la boca de la novísima construcción. Lo hizo con tanta mala suerte que tomó la senda contraria, siendo atropellado por un trolebus y perdiendo la vida inmediatamente
Desde entonces, cuentan que la silueta del mendigo puede entreverse en ocasiones en medio del pasaje, cuando los buses transitan a gran velocidad. La figura desaparece momentos antes de repetir el impacto que sufriera en vida, como si intentara una y otra vez salir del túnel que lo llevó a la muerte. El relato tenía un agregado que no era menor, y que era repetido con frecuencia por madres crédulas y preocupadas: nadie que osara aventurarse a pie por un extremo del túnel lograba encontrar la vía de salida, ya que el mendigo atraía inevitablemente a los caminantes a su mismo destino fatal.
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