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En medio del silencio, es alta hora de la noche, abro las ventanas y veo aún la oscuridad; llovió. No fue esa tormenta que sos vos Roque, solo fue leve. Esperaba la tormenta, esperaba ansiosa salir a mojarme bajo la lluvia, y descalza. Entro a la noche, y ya que desperté, la aprovecho. Voy a la habitación de los libros, mares desordenados que aun aspiro catalogar poco a poco, encuentro muchos que aún no leo, poesías y poetas sin conocer, historias perdidas.
Es que por vos declararon el Día Nacional de la Poesía en El Salvador en tu cumpleaños. Fue mayo el que vio nacer la luz de tus ojos. Tu madre es María García, pero también sos hijo de la poesía. Naciste en el tiempo cuando la tierra cuscatleca recibe las lluvias tropicales, para dar después sus frutos, así llegaste Roque, aquel 14 de mayo de 1935.
El fruto de tu pensamiento agitó tu corazón joven, y la pluma en tu mano no dejó jamás de inspirarte. Tus temas: El Salvador, el pueblo, la política, el amor... desarrollaste con maestría la poesía, la narrativa, el ensayo, la dramaturgia, la investigación histórica, el periodismo y el testimonio.
Los amigos eran parte de tu alegría y de tu volcán convertido en palabra. Devorabas libros, escribías poesía en servilletas, a toda hora, como si el tiempo se acabara; el conocimiento era tu búsqueda. A mediados de los años cincuentas, vos con veinte años, y San Salvador era otro, que se fue para no volver. Viajo en el tiempo, y te encuentro en los cafés del centro, entre la universidad y la bohemia, emergía tu generación.
En 1957 viajas a Moscú, invitado al Festival de la Juventud. Después tu sed no terminaría. Cursas algunas materias en Universidades de Chile y México. Por tus ideas políticas, fuiste encarcelado varias veces y condenado al exilio. Viste el mundo y trabajaste en Guatemala, México, Praga y La Habana; viajaste a Sur América, Europa, Corea y Vietnam.
Sos una voz, que ve al sol y a la primavera jugar con la libertad. Vivís para siempre en el “Poema de Amor”, casi un himno, la ofrenda mas hermosa a tu pueblo. Tu obra es tu herencia, y también mía, tuya, de aquel: La ventana en el rostro, El turno del ofendido, El Salvador, Los testimonios, Taberna y otros lugares, Miguel Mármol, Las historias prohibidas del Pulgarcito, Pobrecito poeta que era yo, Poemas clandestinos, Un libro rojo para Lenin, Un libro levemente odioso. Y de seguro… otros libros en tu mente quedaron sin conocerse, en el olvido, en la memoria que olvida muchas veces.
En 1973, en plena madurez creativa, regresas clandestinamente al país, antes pasas por México. Bajo el seudónimo de Julio Dreyfus Marín, te integrás al ERP, organización clandestina guerrillera, cuya dirigencia posteriormente te da muerte, a vos y a Pancho, por diferencias políticas el 10 de mayo de 1975. Imagino ese día, día de las madres, a María, tu amada madre, y su presentimiento. Una verdad sin resolver, un misterio que tiene sed de saber. ¿Dónde estás? … no te voy a encontrar ya en El Playón, ni el Patiecito Belmoral, te voy a encontrar en mis sueños, en los poemas, en la risa, en tus ojos, en un trago. ¿Cómo no amarte, Si diste tanto amor? Y también inspiraste odio. Tus versos eran tu arma.
El surco de tu memoria pervive en nuestros pueblos, nunca hubo fronteras. Roque Dalton, como tormenta tocando la raíz de los volcanes, anunciando nuevas utopías…
Un poeta se sube al bus, es mañana del sábado, el sol apenas bosteza. En el otro lado, va leyendo, la chica de la chonga azul, que envió revistas a Buenos Aires, la gente la mira. Nadie lee en los buses.
Explicación:
SI TE AYUDE PORFAVOR CORONA Y 5 ESTRELLAS PORFIS