NUESTRA EXTRAÑA ÉPOCA
William Ospina
BORGES DECÍA QUE LA DEMOCRACIA, tal como hoy la entendemos, es "ese curioso abuso de la estadística”.
La estadística, que sin duda es un instrumento valioso para entender ciertos fenómenos, se ha vuelto
en nuestra répoca la piedra filosofal. Antes todo querían convertirlo en oro, ahora todo lo convierten en
cifras. Todos los días nos llevan y nos traen con cifras que nos producen la ilusión de que todo es medi-
ble, de que todo es contable, y a veces perdemos la visión de la complejidad de los hechos gracias a la
ilusión de que entendemos el mundo sólo porque conocemos sus porcentajes.
Cifras llenas de importancia que, por lo demás, cambian de día en día. Los gobernantes suben y bajan en
popularidad comu en una montaña rusa al empuje de los acontecimientos, y están aprendiendo que a punta
de escándalos, de riesgos y alarmas, es posible mantener el interés y hasta la aprobación de la comunidad.
Nadie parece preguntarse si detrás de esas cifras hay hechos profundos y datos verdaderos, si detrás
de esas alarmas cotidianas hay cambios reales, si detrás de esos éxitos atronadores hay verdaderas
transformaciones históricas.
Roma creyó que era posible gobernar con pan y circo. El mundo contemporáneo le está demostrando
que en esa fórmula sobraba el pan. Vivimos en la edad del espectáculo, en la edad de la satisfacción
inmediata, ya quieren que nadie se pregunte de dónde viene ni para dónde va sino sólo cuál es el
próximo movimiento, cuál es el último acontecimiento. Las modas han reemplazado a las costumbres,
las noticias a las tradiciones, los fanatismos a las religiones, la farándula' a la política,
Paul Valery decía que llamamos civilización a un proceso cultural por el cual la humanidad tiende a po-
nerse de acuerdo sobre valores cada vez más abstractos. Y es verdad que allí donde las sociedades pri
mitivas luchan por la tierra, por el oro, por la acumulación personal, las sociedades organizadas luchan
por la libertad, por la justicia, por la igualdad de oportunidades, por la dignidad, por la legalidad.
En una sociedad primitiva, si la ley es un estorbo para alcanzar un fruto concreto, se viola la ley
con arrogancia y con descaro. Ello permite logros inmediatos pero vulnera ampliamente el pacto
social, deja a algunos protagonistas más fuertes pero a la comunidad inevitablemente más débil.
Hay una conspiración en el mundo contra la lucidez, contra la lentitud, contra las serenas maduraciones,
contra los ritmos naturales, contra el esfuerzo, contra la responsabilidad. La inteligencia, por ejemplo, es
estorbosa a la hora de lograr la unanimidad: es mucho mejor la disciplina y la sumisión.
Las cosas profundas maduran lentamente, pero ahora se quiere que todo sea útil enseguida, no viajar
sino llegar, no aprender sino saber, no estudiar sino graduarse, y terminamos creyendo que vale más
el resultado que el proceso. Si las semillas tardan en retoñar, piensan que hay que intervenir los pro-
cesos para que las semillas revienten antes, para que la planta brote más pronto, para que la tierra
extreme su trabajo y las cosechas se multipliquen.
Del texto se puede concluir que:
A. las sociedades primitivas evolucionaron a una sociedad organizada, al preguntarse por los cambios reales sin hacer uso de la estadística.
B. una sociedad que privilegia la inmediatez de la información, vulnera el derecho a pensar y se aleja el principio básico de una sociedad organizada.
C. una sociedad democrática tal como la presenta Borges, es producto de una sociedad organizada y civilizada.
D. las sociedades organizadas valor en la estadística como un instrumento que permite interpretar y dar sentido a los fenómenos sociales.
Respuestas
Respuesta dada por:
9
Respuesta:
¿OK? que tarea más larga. ¿esta bien bro? espero que no te vallan a explotar el cerebro xd.
nicolmotato15:
el profesor es una lacra!! Y no me ha dejado pasar por esa pregunta!! enserio necesito ayuda!! xd
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