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Respuesta:
espero que te sirva si es asi dale un gracias y una corona :3
Explicación:
La Revolución mexicana (1910-1920) había desangrado al país; y cuando comenzaba a recuperarse, estalló uno de los conflictos civiles más sangrientos de su historia: La Guerra de los Cristeros. Los laicos callistas (seguidores del presidente Plutarco Elías Calles) y los católicos se masacrarían los unos a los otros, tras la reforma constitucional del gobernante; en la cual se atentaba contra el principio liberal promulgado por Benito Juárez en 1860: la Ley de Libertad de Culto.
Aquellas tierras eran hijas del catolicismo, por el honorable legado del Imperio español. Por esta razón, la religión era y sigue siendo parte de su identidad social y cultural y que; además la hicieron tan suya, que se abrazaron de la iconografía de la Virgen de Guadalupe durante las guerras de emancipación del Reino de España (1810-1821). Y de golpe, cien años después aparece un rabioso militar llamado Plutarco Elías Calles; quien no solo ignoraría la importancia de la comunidad religiosa como el gran pilar de la estructura social -y especialmente la mexicana-, sino que también se atrevió a reprimir y castigar cualquier expresión íntima entre Dios y los hombres. Las consecuencias no permitieron otro escenario más que la violencia, dando lugar a la Guerra de los cristeros.
La religión era y sigue siendo parte de su identidad social y cultural y que; además la hicieron tan suya, que pelearía con ellos durante las guerras de emancipación del Reino de España
«Los soldados de la fe» se rebelaron contra las injustas reformas de la Constitución de 1917 promulgadas por Calles, en las cuales se abortó la preciada libertad de culto y todo lo que conllevaba faltarle a aquel falso Estado laico.
«Más de un siglo de la historia de México estuvo marcado por las difíciles relaciones entre la Iglesia católica y el Estado. De este periodo, los años más álgidos fueron sin duda los de 1926-1929. La guerra cristera, como todo conflicto, tuvo un periodo de gestación y otro de conclusión que rebasa con mucho los años del movimiento armado. Este conflicto, que involucró a las dos instituciones más importantes, la Iglesia católica y el Estado, tuvo su origen durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando el gobierno del presidente Benito Juárez promulgó las Leyes de Reforma, para institucionalizar la separación de poderes y fortalecer el Estado mexicano», escribió Lourdes Celina Vázquez Parada en «La guerra cristera: Narrativa, testimonios y propaganda».
No obstante, antes de la persecución y represión hacia los católicos. Calles intentó nacionalizar la iglesia -un asunto muy osado por su parte, pues en su día también los había intentado el Emperador Napoléon Bonaparte, cuando veía su poder ensombrecido por el carisma y valentía del Papa Pío VII-. Sí, junto con la Confederación Regional Obrera Mexicana, se atrevió a crear una entidad un poco extraña llamada: «Iglesia Católica Apostólica Mexicana».