• Asignatura: Castellano
  • Autor: edgarmanuelmendez
  • hace 6 años

El asno y su sombra
Un hombre necesitaba ir a una ciudad lejos de la suya; era comerciante y tenía que comprar
telas
para luego venderlas en su tienda. El viaje duraba muchas horas, por lo que decidió alquilar un
asno para ir cómodo.
Contrató a un hombre que lo llevaría con él a lomos del borrico. No era muy brioso, si
acostumbrado a recorrer los caminos de piedra y arena con pasajeros y cargas pesadas. Partieron
y todo iba bien hasta que, al mediodía, el sol comenzó a calentar mucho. Ese verano se presentaba
implacable; solo se veían llanuras desérticas, despobladas de árboles. El viajero y el dueño del
asno se vieron obligados a descansar. Tenían que protegerse y la única solución era refugiarse bajo
la sombra del animal.
El problema fue que solo había sitio para uno de los dos debajo de la panza de aquel animal, que
sin moverse permanecía obediente, inmóvil y erguido sobre sus cuatro patas. Agotados, sedientos
y bañados en sudor, comenzaron a discutir acaloradamente.
-Si alguien tiene que protegerse del sol debajo de este burro, ese soy yo! ¡Yo lo he alquilado y
tengo todo el derecho, que para eso pagué con monedas de plata! -dijo el viajero.
-Ese privilegio me corresponde a míl ¡Tú lo has dicho! Has alquilado el derecho a viajar en el
pero no su sombra - le contestó el dueño.
Los dos hombres se gritaban el uno al otro enfurecidos. Ninguno quería dar su brazo a torcer. Y
de las palabras pasaron a los golpes. El asno, asustado por los golpes y los gritos, se soltó de la correa
y echó a correr sin que los hombres se percataran. Cuando la pelea acabó, los dos presentaban
un sinnúmero de magulladuras y moretones, y todo el cuerpo dolorido. Fue entonces cuando se
dieron cuenta de que el burro había huido dejándolos a los dos en medio de la nada, con tan solo
sus pies para poder irse de allí. Sin ​

Respuestas

Respuesta dada por: Anónimo
8

Respuesta:

si es la continuación es la siguiente:

Sin decir ni una palabra, se miraron y reanudaron el camino bajo el ardiente sol, avergonzados por su mal comportamiento.

Moraleja: recuerda que es muy feo ser egoísta y pensar sólo en ti mismo. Hay que saber compartir porque, si no, corres el riesgo de quedarte sin nada.

Explicación:

espero que te sirva

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