Respuestas
Respuesta:
Como consumidores, participamos de este sistema económico que sabemos que está siendo tan negativo para otras personas y para el medio ambiente. Sabemos que con nuestra manera de vivir estamos causando daño y sufrimiento, pero nos cuesta cambiar, tenemos ya la vida organizada, con lo que no encontramos apenas margen de maniobra. Nos parecemos a aquel que estaba subido sobre la espalda de otro y le decía: “Ya sé que estoy siendo una carga para ti, pero compréndelo, me cuesta bajarme, estoy cómodo así, no tengo tiempo de pensar en otras cosas, no sabría vivir de otra manera…”.
No sabríamos, pero necesitamos aprender a vivir de otra manera. Y, antes de eso, necesitamos aprender a mirar el mundo de otra manera, a pensar, a concebir a Dios, incluso a rezar de otra manera. La encíclica Laudato si’ viene en nuestra ayuda, proponiéndonos una conversión ecológica que brota de dentro afuera, con tal que nos pongamos en actitud de conversión. He aquí algunas sugerencias que pueden servirnos.
Explicación:
Respuesta:
La conversión ecológica consiste, ni más ni menos, en lograr unos “móviles interiores que impulsan, motivan, alientan y dan sentido a la acción personal y comunitaria” (LS 216). Ese es precisamente el terreno de la espiritualidad. El concepto de conversión está íntimamente ligado al de conciencia.
Explicación:
le he entregado a mi profesor y dijo que esta bien :D