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Respuesta:Antigua Grecia
A lo largo de la historia ciertos pueblos han elegido esta como una forma de gobierno como una modificación entre la monarquía, la república y el despotismo. Un ejemplo de ello son los espartanos que por voto elegían anualmente a sus dos reyes.
Antigua Roma
La monarquía romana fue en principio electiva. A partir del quinto rey, la elección de los últimos se hizo siempre entre miembros de la misma familia, aunque no por descendencia directa de primogénito varón, que es lo que suele entenderse como monarquía hereditaria.
Imperio Azteca
El Imperio Azteca fue una monarquía electiva, siendo única en el continente americano. Ésta compartía varias características con las polis griegas, como el hecho de que el pueblo virtualmente elegía al emperador; a pesar de la enorme distancia y los periodos históricos que los dividieron. La elección se dividía en 3 etapas: la primera era cuando los macehuales (campesinos), comerciantes y artesanos de un calpulli (barrio de Tenochtitlan) elegían a su representante; en la segunda etapa, los representantes de cada calpulli se reunían en el Gran Consejo, donde se escogían a los 4 Grandes Señores; en la tercera y última etapa los Grandes Señores discutían durante bastante tiempo quien debería ser elegido Gran Tlatoani (parecido al Cónclave), según fueran -principalmente- sus logros militares y sus conocimientos. Al final, el Gran Tlatoani era considerado como una deidad.
Costa Rica
El mánkeme o cacique del Reino de Nicoya, que a su vez tenía varios cacicazgos vasallos, era electo por el monéxico, tipo de parlamento tribal o consejo de ancianos conformado por los huehues o galpones.1
España
La monarquía visigoda, que siguió una trayectoria idéntica, no tuvo ocasión de asentar el principio de monarquía hereditaria, y en los primeros siglos de la Reconquista, los reinos cristianos que se crearon en las montañas septentrionales de la península ibérica fueron construyendo sus propias instituciones, algunos más cercanos a las feudales que se estaban desarrollando en Francia, mientras que el reino de Asturias construyó con el tiempo una pretendida legitimidad visigoda. Los primeros reyes de Asturias fueron electivos, pero ya para comienzos del siglo XI la institución se había asentado como hereditaria: fue posible incluso el troceamiento y reparto de reinos como herencia entre los hijos de Sancho III el Mayor, que había unificado casi todos los territorios cristianos peninsulares (la adecuación o no del hecho al derecho navarro tradicional es cuestionada por los historiadores, pero efectivamente se produjo en la práctica). Más adelante fueron posible incluso la sucesión femenina (no se aplicaba la ley sálica) o las regencias por minoría de edad.
Haití
El Primer Imperio de Haití (1804-1806) fue electivo, o al menos su constitución (1805) preveía que la sucesión de Jean-Jacques Dessalines (el Emperador Jacques I), único y efímero emperador, sería electiva, aunque el emperador tenía la potestad de designar candidato a la sucesión.
Hungría
El concepto de la monarquía electiva existió en el subconsciente de la nación húngara desde tiempos antiguos, traída desde Asia junto con sus otras costumbres semi-nómadas. Los monarcas eran electos por sus nobles en una ceremonia donde se le alzaba en un escudo reconociendo su superioridad. Sin embargo, durante la Edad Media el verdadero basamento legal y tradicional que definió la elección y coronación del rey fue la herencia consanguínea, transmitida de padre a hijo, tío a sobrino, hermano a hermano, siempre preponderando el de mayor edad. Tras la muerte del rey Luis I de Hungría en 1382, quien según su voluntad le sucedió fue su hija María I de Hungría, quien había sido tomada como esposa por Segismundo de Luxemburgo. Eventualmente tras la muerte de la reina, Segismundo fue aceptado definitivamente como rey húngaro, pero bajo ciertas condiciones y electo por la nobleza en nombre de la Santa Corona Húngara. Posteriormente, a mediados del Siglo XV, en 1458, nuevamente ante el trono vacante, la nobleza húngara escogió al rey Matías Corvino de Hungría, hijo del fallecido regente y más importante comandante militar del reino. El tío de Matías, Miguel Szilágyi, contando con enormes ejércitos y grandes propiedades, forzó a la nobleza húngara a que escogiesen a su joven sobrino, siendo así el primer rey húngaro que procedía de la alta nobleza y no de una Casa Real, dirigiéndose a él como "Matías, el rey que nunca fue príncipe".