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Hola,
Primero debemos aclarar que; Hace tiempo atrás, Habermas analizaba los tres problemas con los que se encontraba cualquier filósofo en el análisis actual de la ciudadanía:-El primero tenía que ver con la utilización de categorías como la de Estado-Nación para definir el mapa político.- El segundo estaba relacionado con la tendencia hacia la consecución de mercados comunes y globales.- Y en tercer lugar se sitúan los flujos migratorios desde países más pobres a países y regiones más ricas.
Por esto podemos decir que hoy en día:
En primer lugar, la trilogía Estado-Nación-Ciudadanía ya no serviría para describir el orden social y político actual. Todo nuestro marco institucional y normativo tendría como última referencia este triángulo formado por el Estado, la Nación y la Ciudadanía
En la actualidad, unido al problema de la inmigración, se está produciendo una identificación cada vez más evidente entre la categoría de la identidad/cultura, y la desigualdad social. Explica el profesor Zapata-Barrero que, como si de una fórmula matemática se tratase, si a la población total le restamos el Demos Político (aquellos que sí gozan de los derechos de ciudadanía), el resultado es igual a inmigrantes.
Quizás la solución empiece entonces por replantear las categorías políticas con las que funcionamos, y buscar nuevas categorías que estén en sintonía con el actual panorama, empezando por entender que la inmigración y la multiculturalidad marcan el nuevo paradigma a partir del cuál se hace necesario repensar un concepto de ciudadanía claramente vinculado a la justicia social.
Primero debemos aclarar que; Hace tiempo atrás, Habermas analizaba los tres problemas con los que se encontraba cualquier filósofo en el análisis actual de la ciudadanía:-El primero tenía que ver con la utilización de categorías como la de Estado-Nación para definir el mapa político.- El segundo estaba relacionado con la tendencia hacia la consecución de mercados comunes y globales.- Y en tercer lugar se sitúan los flujos migratorios desde países más pobres a países y regiones más ricas.
Por esto podemos decir que hoy en día:
En primer lugar, la trilogía Estado-Nación-Ciudadanía ya no serviría para describir el orden social y político actual. Todo nuestro marco institucional y normativo tendría como última referencia este triángulo formado por el Estado, la Nación y la Ciudadanía
En la actualidad, unido al problema de la inmigración, se está produciendo una identificación cada vez más evidente entre la categoría de la identidad/cultura, y la desigualdad social. Explica el profesor Zapata-Barrero que, como si de una fórmula matemática se tratase, si a la población total le restamos el Demos Político (aquellos que sí gozan de los derechos de ciudadanía), el resultado es igual a inmigrantes.
Quizás la solución empiece entonces por replantear las categorías políticas con las que funcionamos, y buscar nuevas categorías que estén en sintonía con el actual panorama, empezando por entender que la inmigración y la multiculturalidad marcan el nuevo paradigma a partir del cuál se hace necesario repensar un concepto de ciudadanía claramente vinculado a la justicia social.
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