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se desarrolla, la historia serpentea y fluye, rítmica y pausadamente.
bueno eso nada mas se
:b es pero a verte audado
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Explicación:
La historia se articula sobre un racconto -salto al pasado- donde el autor nos muestra a Fermina Daza y Florentino Ariza, quienes de jóvenes estaban enamorados y mantenían una relación a través de cartas, en las que incluso llegaron a comprometerse con la promesa de un amor eterno, sin embargo, cuando el padre de Fermina se entera de esto la envía lejos para que se desencante del muchacho. Al regreso de Fermina, ésta se da cuenta que ha idealizado a Florentino y pone fin a la relación. Más tarde y siguiendo los deseos de su padre se casa con un doctor de buena familia al que logra querer. Florentino, por su parte, decide esperar a Fermina, aunque tarde medio siglo en ser correspondido y acabar con la mujer que ama.
Al más puro estilo de Márquez el juego de los tiempos es uno de los aspectos primordiales, pues el autor nos lleva a través de los 53 años, 7 meses y 11 días que transcurren en la historia. Este paso del tiempo, Márquez lo asume desde la descripción con escasos diálogos, por lo que la lectura del libro no es tan fácil como otras, lo que se suma al uso de un lenguaje complejo que por momentos vuelve la lectura tediosa, por lo que requiere de pausas para aclarar la mente y estar conectado con los hechos que relata el autor.
El amor y las promesas se encuentran a la base de esta novela, las que se encarnan en el personaje de Florentino, quien es un enamorado del amor y en cierta forma el más soñador, pues Fermina tiene una visión menos idealizada de las cosas, lo que genera un contraste interesante de leer en la pareja.
En este sentido, Márquez trabaja con una visión diferente del amor, donde no todo pasa por el estar cerca del otro y compartir cada momento para fortalecer los sentimientos, sino que se centra en que no existen obstáculos en el amor, que pueden pasar los años, pero éste no envejece, con personajes reales que evolucionan (sobre todo Florentino), que pueden tomar malas decisiones, que caen y se levantan, pero que no son los arquetipos de una mujer pura y un héroe, sino que son como cualquier otra persona.
Lo destacable es el manejo de Márquez de la voz del narrador, que en este caso es uno omnisciente, que logra situarnos en ambas perspectivas del libro: tanto la de Florentino como la de Fermina, ofreciéndonos todo el panorama y avanzar a la par entre los personajes, cuyas construcciones de arco se encuentran tan bien elaboradas que fácilmente se pueden distinguir de otros.