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Roxana Resnikowski, 66 años, boliviana/alemana: "Soy el resultado de las aventuras y viajes de mi familia"
Cinco historias de inmigración con final feliz
Por las venas de Roxana Resnikowski, de 66 años, corre sangre indígena, polaca, lituana, rusa, alemana, austriaca y española, y como ella misma asegura, tal vez haya alguna más que ignora. "Soy el resultado de las aventuras y viajes de mi familia". Resnikowski se emociona al hablar de sus orígenes, con un bisabuelo, Arthur Ponansky, que llevaría el primer coche a Bolivia, y con su abuelo paterno, que se libró de acabar en un campo de concentración. La misma emoción le embarga cuando habla de sus nietos, que repiten su historia de ida y vuelta, ahora repartidos todos ellos por Europa. "Soy una más entre los miles de millones de personas que vivimos en el mundo porque la migración ha estado siempre ligada a la humanidad y tenemos que tomar como normalidad el mestizaje", prosigue Resnikowski, "seguramente se llevarán más de una sorpresa y verán que no somos tan raros los que llevamos sangre de varios orígenes".