• Asignatura: Castellano
  • Autor: claus81sc
  • hace 6 años

refranes del ayer y hoy​


luisianaflrs: :v

Respuestas

Respuesta dada por: francisjenni
6

Respuesta:

refrán antiguo:

Sol madrugador, poco llovedero: parece indicar que, si el día amanece despejado, es improbable que termine lloviendo.

Actual:

No todo lo que brilla es oro

Respuesta dada por: Jack10Jordan
2

Respuesta:

Las gotas de agua del río nunca son las mismas, sin embargo, el río siempre es el mismo. Para identificar oportunidades y construir ventajas, es necesario reflexionar sobre la misión y visión con la que enfrentamos al mercado. Los negocios cambian y el mercado se transforma rápidamente, por lo que es necesario moverse y adaptar actividades a las nuevas condiciones. Es evidente que hay que aprovechar los adelantos tecnológicos y sacar provecho de ellos. Sí. Pero no hay que dejar de lado cuál es la verdadera vocación que nos hace participar en el mercado. Una persona o un negocio que cambia sin tener un rumbo definido, va dando bandazos y se pierde en el camino. La ventaja competitiva sostenida es esa característica que nos hace destacar y que debemos proteger, pues es la razón por la que los clientes nos buscan.

La llave del mundo se aparece y desaparece rapidito. En el mundo hay que ir con los ojos abiertos y enfocados. Las ventanas de oportunidad se abren o se cierran en un pestañeo. Sólo los que están atentos pueden estar un paso adelante. En esta condición se pueden identificar las ocasiones para generar riqueza y atraer beneficios. Las ventajas competitivas transitorias son esas características que pueden ser mejoradas y que traerán mayores beneficios, son actividades que evitan la obsolescencia e impulsan la modernidad.

Agua que no haz de beber, déjala correr. Es cierto: la cotidianidad nos presenta un sinnúmero de ventanas de oportunidad que se abren a nuestro paso. Sin embargo, no todas son para nosotros. Conservar el enfoque en el rumbo nos lleva a entender que hay coyunturas que debemos dejar pasar. Incluso, hay gangas que nos salen al paso y que debemos dejar de lado a pesar de que los beneficios ofrecidos nos seduzcan ampliamente. Hemos visto ejemplos de grandes corporativos que adquieren negocios a precios de remate que, al paso del tiempo, tienen que vender porque los alejó de su actividad central y les distrajo recursos y talento que pudieron usar en mejor forma.

La suerte se empieza a repartir a las seis de la mañana y a las ocho ya se acabó. El refrán nos recuerda el valor de quien inicia su labor temprano y está listo antes que los demás. En la era de la reinversión, una de las actitudes más valiosas es estar preparados para que el éxito no nos tome por sorpresa, sino listos para darle la bienvenida. También habla del valor de la disciplina que se forja por hábitos virtuosos que ayudan a estar alerta, como un cazador de mariposas que llega al lugar propicio, extiende su red y atrapa el tesoro porque supo estar a tiempo donde debía.

La competencia es el mal necesario que nos obliga a mejorar. El antídoto más efectivo contra el estancamiento lo tiene el competidor que nos está pisando los talones. El mundo ideal deviene de: evitar los males de la competencia, mientras conservamos sus ventajas. Para ello, es necesario entregar los lentes de la soberbia, el sillón de la comodidad y observar con inteligencia lo que ellos hacen bien o mejor que nosotros y estar atento para satisfacer las necesidades del cliente que no están cubiertas.

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