• Asignatura: Filosofía
  • Autor: martaft123456
  • hace 6 años

por qué no hay justificación racional ante la toma de decisiones según el escepticismo?​

Respuestas

Respuesta dada por: leonelelvm19
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Respuesta:

El presente capítulo propone un recorrido rápido por algunas de esas nociones epistemológicas con el objetivo de incorporarlas a nuestra caja de herramientas para las discusiones posteriores. En este sentido, podemos considerar un primer marco para la discusión dado por las dificultades conocidas del análisis de la noción de conocimiento y en la idea, central para la epistemología contemporánea, de que el conocimiento empírico es falible. Luego consideraremos con un poco más de detalle la formulación del problema escéptico, uno de los tópicos centrales que retomaremos en los capítulos siguientes. Finalmente, completaremos este recorrido inicial con una presentación de las características principales de las opciones tradicionalmente favorecidas como teorías de la justificación: el fundacionismo y el coherentismo[1].

El análisis estándar

Desde el comienzo de la reflexión filosófica en torno al conocimiento, uno de los problemas recurrentes ha sido el de hallar una definición o un análisis satisfactorio de la noción misma de conocimiento. A pesar de lo que podría quizás pensarse a primera vista, el papel de este problema suele no ser central en las discusiones epistemológicas contemporáneas, en parte por la desconfianza que muchos filósofos llegaron a desarrollar frente a los proyectos de análisis conceptual entendido como indicación de condiciones necesarias y suficientes aplicables a todos los casos de utilización de un concepto. A pesar de esto, puede pensarse que el análisis exacto de la noción de conocimiento guarda un cierto interés regulativo sobre otras discusiones epistemológicas y ha de ser por tanto la primera parada en nuestra exploración de nociones epistemológicas fundamentales en este capítulo.

El problema del análisis de la noción de conocimiento o saber se ha centrado tradicionalmente, casi con exclusividad, en una concepción proposicional del conocimiento (al igual que la casi totalidad de las discusiones epistemológicas). Siguiendo en este sentido a la tradición, lo que nos ocupa aquí es lo que expresamos típicamente como un ‘saber que’, entendido típicamente como el conocimiento de (la verdad de) ciertas proposiciones, esto es, como un conocimiento expresable lingüísticamente y cuyo contenido puede entrar en relaciones lógicas o inferenciales con otros conocimientos o creencias.

El análisis estándar es normalmente atribuido a Platón[2]. La motivación de dicho análisis se encuentra en la advertencia de ciertas condiciones que son incompatibles con lo que ordinariamente llamamos o querríamos llamar ‘conocimiento’ o ‘saber’. En una primera aproximación al menos, no diríamos que una persona sabe algo si simplemente lo ignora, esto es, si no tiene sobre el asunto ninguna creencia o pensamiento determinado. Del mismo modo, no diríamos que alguien sabe algo si lo que cree o piensa sobre el asunto es, de hecho, equivocado, aun si su error fuese excusable y tuviese buenas razones para llegar a formar su creencia equivocada. También tiene gran fuerza intuitiva la propuesta de que no pueden contar como genuinos casos de conocimiento los casos en que una persona tenga una creencia verdadera sobre un cierto asunto pero carezca totalmente de una justificación para sostener esa creencia, o al menos de una justificación que podamos considerar razonablemente adecuadas. En otras palabras, no estaríamos dispuestos a decir que alguien sabe algo si su creencia sobre el asunto es sólo “accidentalmente verdadera”. Otras razones importantes también pueden llevar igualmente a pensar que la posesión (actual o potencial) de razones para apoyar mi creencia es central en las afirmaciones o atribuciones de conocimiento, si pensamos por ejemplo que hay conexiones estrechas entre tener una creencia en absoluto y estar en condiciones de ofrecer algún tipo de justificación para ella, o si pensamos que la posesión de razones para una creencia es necesaria para dotarla de la estabilidad suficiente para que se trate de una verdadera creencia[3]. Estas observaciones, algunas de ellas aparentemente incontrovertibles, arrojan como resultado el análisis estándar en términos de tres condiciones necesarias para la afirmación de ‘S sabe que p’:

Explicación:


martaft123456: Gracias
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