Respuestas
Respuesta:
(1) En septiembre de 1980 un pequeño grupo internacional de jesuitas y
seglares se reunió en Roma para tratar diversos puntos importantes
relativos a la educación secundaria de la Compañía de Jesús. En muchas
partes del mundo se habían suscitado serios interrogantes acerca de la
actual eficacia de los centros educativos de la Compañía: ¿Podrían ser
instrumentos adecuados en el cumplimiento de las finalidades apostólicas de
la Compañía de Jesús? ¿Serían capaces de responder a las necesidades de
los hombres y mujeres del mundo de hoy? La reunión fue convocada para
examinar estos problemas y para sugerir Procedimientos de renovación que
capacitasen a la educación secundaria de la Compañía de Jesús para
continuar contribuyendo a la misión creativa y humanizante de la Iglesia,
hoy y en el futuro.
(2) Durante los días de discusión, se hizo evidente que una renovada eficacia
depende en parte de una comprensión más clara y más explícita de la
peculiar naturaleza de la educación jesuítica. Sin pretender minimizar los
problemas, el grupo afirmó que los centros educativos de la Compañía
pueden hacer frente confiadamente al reto del futuro, a condición de que
sean fieles a su particular herencia jesuítica. La visión de Ignacio de Loyola,
fundador de la Compañía de Jesús, ha mantenido estas escuelas y colegios
durante cuatro siglos. Si esta visión espiritual se pudiera reavivar, reactivar
y aplicar a la educación de manera adecuada al momento presente, se
conseguiría así el contexto dentro del cual se podrían afrontar los demás
problemas.
(3) El P. Pedro Arrupe, que era entonces Superior General de la Compañía de
Jesús, reafirmó esta conclusión en su alocución en la sesión de clausura del
encuentro. El dijo que un centro educativo de la Compañía de Jesús
"debe ser fácilmente identificable como tal. Muchas cosas le
asimilarán a otros centros no confesionales, o confesionales e
incluso de religiosos. Pero, si es verdaderamente de la
Compañía, es decir, si en él actuamos movidos por las líneas de
fuerza propias de nuestro carisma, con el acento propio de
nuestros rasgos esenciales, con nuestras opciones, la educación
que reciban nuestros alumnos les dotará de cierta 'ignacianidad', si me permitís el término. No se trata de actitudes
snobistas o arrogantes, ni es complejo de superioridad. Es la
lógica consecuencia del hecho de que nosotros vivimos y
actuamos en virtud de ese carisma y de que en nuestros centros hemos de prestar el servicio que Dios y la Iglesia quieren
que prestemos 'nosotros".1
(4) Los delegados del encuentro de Roma recomendaron que se constituyese
un grupo internacional permanente para considerar los problemas relativos
a la educación secundaria y pidieron que una de las primeras
responsabilidades de este grupo fuese la clarificación del modo como la
visión de Ignacio continúa siendo hoy distintiva de la educación secundaria
2
de la Compañía.
(5) En respuesta a la reco
Explicación:
Respuesta:
La Compañía de Jesús (S. J.; en latín: Societas Iesu), cuyos miembros son comúnmente ... Esta característica fue desarrollada por San Ignacio en el libro de los ... Varios autores, Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús
Explicación:
agrega un corazón