Nuestra velocidad de digitación, nuestra velocidad mecanográfica, influye en gran manera en el uso que hagamos de los amplios recursos digitales disponibles en la actualidad. Tener un ordenador, incluso saber usar los programas que necesitamos, no es garantía de éxito en el trabajo o en los estudios. Mucha gente supone que tener y saber usar el ordenador es una de esas cosas imprescindibles hoy en día, no les falta razón, pero no es suficiente. En muchos currículum se mencionan los conocimientos en el uso de ordenadores, pero no se puede acreditar mecanografía. Así pues, en esta cultura digital, son precisamente los dedos, o mejor dicho, su uso inadecuado con los teclados, en un problema, en un cuello de botella de la formación actual, una "carencia digital".
De instrumento de trabajo a objeto de ocio
La antigua máquina de escribir no era un medio de ocio, sino un instrumento de trabajo, y su utilización venía acompañada de una formación mecanográfica que no era cuestionada. Como no se cuestiona que para conducir un vehículo, manejar maquinaria o un ordenador a cierto nivel, hay que recibir clases y obtener una cualificación.
Actualmente, la situación ha cambiado completamente. Nuestros hijos utilizan el ordenador antes de saber leer (en casa, en la guardería, en preescolar) y acaban relacionando su uso con el ocio y la diversión. A veces, se les estimula a que hagan uso del teclado sin recibir ninguna formación mecanográfica. Esta formación mecanográfica puede ser efectiva a partir de los ocho o diez años, ya que a esa edad tienen la suficiente coordinación motora, pero ya podría ser demasiado tarde: comenzar mecanografía después de un uso intensivo e inadecuado del teclado, implica que vamos a pedir a nuestros alumnos o hijos una fuerza de voluntad, un esfuerzo adicional y una renuncia a la "velocidad ya adquirida" que, muchos adultos, no poseen. Esto es aún más grave cuando se han habituado a usar un par de dedos para escribir en el "teclado" de un teléfono o en una pantalla táctil.
Los estudiantes se acostumbran a escribir con faltas de ortografía, a confiar en el corrector ortográfico del procesador de textos, a colocar el texto como buenamente pueden, desconocen atajos de teclado que pueden agilizar su trabajo. Se cansan y dejan o posponen las tareas en las que tienen que escribir. Acaban usando el socorrido "copiar y pegar" con lo que el objetivo que tenía el trabajo encomendado en el colegio, instituto o universidad se pierde.
¿Por qué aprender mecanografía?
Las razones son las mismas para los adultos que para los niños:
La principal es que el teclado se utiliza para casi todo, para escribir un mensaje de correo electrónico, una dirección de Internet, o tu nombre o tu clave para acceder a tu ordenador. Cuanto mejor se maneje, más sencillas y rápidas serán las tareas con el ordenador.
Cuando el niño, el joven o el adulto aprenden a mecanografiar deja de pensar en dónde tiene que poner cada dedo. Los dedos “memorizan” el teclado y escriben de forma automática. Ya no hay que pensar en dónde estarán las letras en el teclado y nos podemos concentrar en el trabajo que estamos realizando.Cuando se aprende bien con un teclado, adaptarse a otros no es problemático.
Mejora la comunicación. Si el niño o el joven saben mecanografía, puede escribir mejor y más rápido y ser más expresivo y exacto.
Los estudiantes con dislexia, disgrafia, y otros problemas de aprendizaje, encuentran más fácil escribir con teclado que a mano porque las letras aparecen automáticamente de izquierda a derecha y no tienen que preocuparse por escribir al revés. Aprender correctamente a mecanografiar evita malos hábitos que, cuando se poseen, son difíciles de "desaprender". Los malos hábitos no sólo crean mala escritura sino dolor de cuello y lesiones por esfuerzo repetitivo.
¿Qué se aprende con la mecanografía? Explicaremos brevemente en qué consiste la práctica mecanográfica para que queden claras las anteriores afirmaciones. Para escribir muy rápidamente no basta con escribir con nuestros diez dedos. Es preciso asociar a cada letra y tecla un dedo concreto utilizando la memoria muscular o cinestésica: cuando queremos escribir una f, no "recordaremos" donde está la f ni con qué dedo se teclea, sino que el dedo índice de la mano izquierda se habrá movido antes de que nosotros hayamos podido tener ningún pensamiento consciente. ¿Cómo se consigue esto? Con la repetición consciente y sin utilizar nunca nuestra vista para buscar las teclas. Hemos de repetir muchas veces pensando, para que sea posible llegar a hacerlo sin pensar. Debemos escribir lentamente y de manera consciente para poder alcanzar velocidades de 400 pulsaciones por minuto en el futuro. Necesito un resumen sobre ese texto al que me responda le doy 100 puntos y la corona
Respuestas
Respuesta:
Tener un ordenador, incluso saber usar los programas que necesitamos, no es garantía de éxito en el trabajo o en los estudios. Mucha gente supone que tener y saber usar el ordenador es una de esas cosas imprescindibles hoy en día, no les falta razón, pero no es suficiente. En muchos currículum se mencionan los conocimientos en el uso de ordenadores, pero no se puede acreditar mecanografía.
De instrumento de trabajo a objeto de ocio
La antigua máquina de escribir no era un medio de ocio, sino un instrumento de trabajo, y su utilización venía acompañada de una formación mecanográfica que no era cuestionada. Como no se cuestiona que para conducir un vehículo, manejar maquinaria o un ordenador a cierto nivel, hay que recibir clases y obtener una cualificación. Nuestros hijos utilizan el ordenador antes de saber leer y acaban relacionando su uso con el ocio y la diversión. A veces, se les estimula a que hagan uso del teclado sin recibir ninguna formación mecanográfica.
Esto es aún más grave cuando se han habituado a usar un par de dedos para escribir en el «teclado» de un teléfono o en una pantalla táctil. Los estudiantes se acostumbran a escribir con faltas de ortografía, a confiar en el corrector ortográfico del procesador de textos, a colocar el texto como buenamente pueden, desconocen atajos de teclado que pueden agilizar su trabajo.
Las razones son las mismas para los adultos que para los niños
La principal es que el teclado se utiliza para casi todo, para escribir un mensaje de correo electrónico, una dirección de Internet, o tu nombre o tu clave para acceder a tu ordenador. Cuanto mejor se maneje, más sencillas y rápidas serán las tareas con el ordenador. Los dedos «memorizan» el teclado y escriben de forma automática. Ya no hay que pensar en dónde estarán las letras en el teclado y nos podemos concentrar en el trabajo que estamos realizando.
Cuando se aprende bien con un teclado, adaptarse a otros no es problemático. Si el niño o el joven saben mecanografía, puede escribir mejor y más rápido y ser más expresivo y exacto. Los estudiantes con dislexia, disgrafia, y otros problemas de aprendizaje, encuentran más fácil escribir con teclado que a mano porque las letras aparecen automáticamente de izquierda a derecha y no tienen que preocuparse por escribir al revés. Explicaremos brevemente en qué consiste la práctica mecanográfica para que queden claras las anteriores afirmaciones.
Para escribir muy rápidamente no basta con escribir con nuestros diez dedos.
Explicación:
Es lo más que pude resumir
Respuesta:
Tener un ordenador, incluso saber usar los programas que necesitamos, no es garantía de éxito en el trabajo o en los estudios. Mucha gente supone que tener y saber usar el ordenador es una de esas cosas imprescindibles hoy en día, no les falta razón, pero no es suficiente. En muchos currículum se mencionan los conocimientos en el uso de ordenadores, pero no se puede acreditar mecanografía.
De instrumento de trabajo a objeto de ocio
La antigua máquina de escribir no era un medio de ocio, sino un instrumento de trabajo, y su utilización venía acompañada de una formación mecanográfica que no era cuestionada. Como no se cuestiona que para conducir un vehículo, manejar maquinaria o un ordenador a cierto nivel, hay que recibir clases y obtener una cualificación. Nuestros hijos utilizan el ordenador antes de saber leer y acaban relacionando su uso con el ocio y la diversión. A veces, se les estimula a que hagan uso del teclado sin recibir ninguna formación mecanográfica.
Esto es aún más grave cuando se han habituado a usar un par de dedos para escribir en el «teclado» de un teléfono o en una pantalla táctil. Los estudiantes se acostumbran a escribir con faltas de ortografía, a confiar en el corrector ortográfico del procesador de textos, a colocar el texto como buenamente pueden, desconocen atajos de teclado que pueden agilizar su trabajo.
Las razones son las mismas para los adultos que para los niños
La principal es que el teclado se utiliza para casi todo, para escribir un mensaje de correo electrónico, una dirección de Internet, o tu nombre o tu clave para acceder a tu ordenador. Cuanto mejor se maneje, más sencillas y rápidas serán las tareas con el ordenador. Los dedos «memorizan» el teclado y escriben de forma automática. Ya no hay que pensar en dónde estarán las letras en el teclado y nos podemos concentrar en el trabajo que estamos realizando.
Cuando se aprende bien con un teclado, adaptarse a otros no es problemático. Si el niño o el joven saben mecanografía, puede escribir mejor y más rápido y ser más expresivo y exacto. Los estudiantes con dislexia, disgrafia, y otros problemas de aprendizaje, encuentran más fácil escribir con teclado que a mano porque las letras aparecen automáticamente de izquierda a derecha y no tienen que preocuparse por escribir al revés. Explicaremos brevemente en qué consiste la práctica mecanográfica para que queden claras las anteriores afirmaciones.
Para escribir muy rápidamente no basta con escribir con nuestros diez dedos.
Explicación: