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El problema de la intervención de Dios en la naturaleza surge en el contexto de la moderna cosmología cuántica, como lo hizo en el siglo XVIII con los comentarios a la mecánica de Laplace y en el XIX con las controversias suscitadas por la teoría de la selección natural de Darwin. Ciertamente, nadie defendería hoy el concepto de Samuel Clarke de un Dios que supuestamente rellena los huecos de la física de Laplace. Hay, sin embargo, nuevos intentos en los que las viejas ideas de Clarke vuelven de modo sutil y nuevo sin referencia a su idea deísta de Dios. En vez de los clásicos vacíos de la mecánica de Newton, encontramos ahora vacíos estocásticos o microvacíos cuánticos en los recientes comentarios metafísicos a las teorías del caos físico o a los modelos de la creación cuántica a partir de la nada. En estos comentarios, uno distingue entre el concepto tradicional de la causalidad ascendente que depende de las leyes de la naturaleza y la llamada causalidad descendente, donde se incluyen distintas formas de acción divina sobre el mundo. Esta última desarrolla la idea clásica decreatio continua al presentar un Dios que actúa en el mundo físico como principio de su organización. Una comprensión tal de Dios puede aportar información nueva al ámbito de los fenómenos naturales.
En su modelo de acción divina sobre la naturaleza, William Alston se refiere al carácter indeterminado de los procesos físicos del micromundo. Parece considerar la actividad de Dios en igualdad de rango con la de las causas naturales cuando sostiene: "tal vez Dios diseñó el universo para obrar de acuerdo con leyes de probabilidad para reservarse un espacio en el que actuar como agente inmediato" *(1) . En su intento de justificar un acercamiento parecido, John Polkinghorne aduce que en la fisico-teología de Clarke "los huecos eran epistémicos, y por tanto extrínsecos a la naturaleza, meros remiendos a la ignorancia científica de la época. Al ir desapareciendo con el avance del conocimiento, el "dios" asociado con ellos desapareció también. Nadie debe lamentar su olvido, porque el verdadero Dios se relaciona con toda la creación, no sólo con sus aspectos desconcertantes". Contrario a lo propuesto por Clarke, Polkinghorne razona que Dios no puede ser tratado "como una causa más entre otras" porque su intervención en los fenómenos naturales "no es energética sino informativa". Una forma de microvacíos intrínsecos es necesaria en su sugerencia, porque "somos desvergonzadamente 'gente de los vacíos' en este sentido intrínseco y no hay nada inadecuado en un Dios de los vacíos tampoco en este sentido" . *(2)
Dejando a un lado la terminología en que se discute la naturaleza de los distintos vacíos, yo sostengo que el principal defecto de la interpretación propuesta es que en ella no se puede concebir la naturaleza como un sistema físicamente cerrado, esto es, un sistema en que los fenómenos físicos deban explicarse sólo por referencia a otros fenómenos físicos. Sólo al nivel de la existencia humana, cuando se dan procesos conscientes, Dios interviene aportando información nueva a la conciencia. El contenido de nuestra conciencia no puede explicarse por referencia a determinantes puramente físicos. Esto distingue los sistemas mentales de los físicos. En estos últimos el llamado principio de positivismo metodológico, que subyace al progreso de la ciencia moderna, no permite al científico referirse a ningún factor extranatural para explicar procesos naturales. Por razones metodológicas, cuando se examina la cadena de dependencias causales al nivel de las ciencias naturales, uno no puede introducir en ella ni la discontinuidad radical, asumiendo una intervención especial divina, ni una secuencia de microdiscontinuidades en las que la presencia de Dios se describiría en el lenguaje del crecimiento de información.
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Espero te ayude ^^