Explicar las características de marco, personajes y conflicto del cuento popular en el siguiente fragmento.
En un lejano país, en los tiempos de brujos y hechicerías, un viejo rey se enfermó gravemente. Ningún médico pudo acertar en su curación, lo cual fue motivo de una gran tristeza para su pueblo y para sus dos hijos. Pero una tarde, en que paseaban los jóvenes paseaban por el jardín, vieron un misterioso anciano. Uno de los hermanos quiso acercarse pues nunca temía a nada y el otro, decidió quedarse algo alejado tras un árbol, por su miedo a todo. El anciano le dijo que si necesitaban la cura para su padre deberían rescatar a sus hijas que estaban hechizadas por un brujo maligno. Él, luego de rescatadas las jóvenes, les daría la poción necesaria para curar al rey


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Respuestas

Respuesta dada por: jamesjose96
1

Respuesta:

Allá en aquellos tiempos había una joven muy perezosa que no quería hilar. Su madre se incomodaba

mucho; pero no podía hacerla trabajar. Un día perdió la paciencia de manera que llegó a pegarle, y

su hija se puso a llorar a gritos. En aquel momento pasaba por allí la Reina, y oyendo los sollozos,

mandó detener su coche y entró en la casa preguntando a la madre por qué pegaba a su hija con

tanta crueldad, que se oían en la calle los lamentos de la niña. La mujer, avergonzada, no quiso

contarle de la pereza de su hija, y le dijo:

-No puedo hacerla que suelte el huso ni un solo instante, quiere estar hilando siempre, y yo soy tan

pobre que no puedo darle el lino que necesita.

-Nada me gusta tanto como la rueca -le respondió la Reina-; el ruido del huso me encanta, dejadme

llevar a vuestra hija a mi palacio, yo tengo lino suficiente e hilará todo lo que quiera. La madre

consintió en ello con el mayor placer, y la Reina se llevó a la joven.

En cuanto llegaron a palacio la condujo a tres cuartos que estaban llenos de arriba abajo de un lino

muy hermoso.

-Hílame todo ese lino -le dijo-, y cuando esté concluido, te casaré con mi hijo mayor. No te dé

cuidado de que seas pobre; tu amor al trabajo es un dote suficiente.

La joven no contestó; pero se hallaba en su interior consternada, pues aunque hubiera trabajado

trescientos años, sin dejarlo desde la mañana hasta la noche, no hubiera podido hilar aquellos

enormes montones de estopa. Así que se quedó sola, echó a llorar, permaneció así tres días sin

trabajar nada. Al tercero, vino a visitarla la Reina y se admiró de ver que no había hecho nada; pero

la joven se excusó, alegando su disgusto por verse separada de su madre. La Reina aparentó quedar

satisfecha con esta excusa, pero le dijo al marcharse:

-Bien, pero mañana es necesario empezar a trabajar.

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