Respuestas
Respuesta:
contaminación por las grandes masas
Explicación: ocupo poner mas caracteres
Respuesta:
La economía del deporte constituye un área relativamente nueva de investigación. Con el transcurso del tiempo, el deporte ha pasado de ser una simple manifestación social, destinada a la contemplación y práctica de actividades recreativas en busca de un cierto entretenimiento o satisfacción personal, a ser considerado como “un bien, cuya producción, consumo, financiación y responde a criterios de racionalidad económica” (Castellanos García, 2001, p.181).
La economía ha dotado al deporte una estructura de pensamiento diferente para adoptar sus decisiones,
valorar sus relaciones institucionales y evaluar sus consecuencias materiales. se ha pasado, así, de una
situación caracterizada por una tradicional ausencia de lo económico en el ámbito deportivo, a otra en la
que las relaciones ideológicas y de acuerdo con el valor, las de cooperación, de transferencia o de
regulación entre el deporte y la economía se han ido haciendo cada vez más estrechas (heinemann, 1998, pp.
272-273).
Por otra parte, el deporte se ha convertido en uno de los fenómenos sociales con mayor arraigo, capacidad de movilización y de convocatoria. Paralelamente, ha ido adquiriendo un creciente protagonismo en el desarrollo de la economía de mercado de las sociedades modernas, como consecuencia de los productos accesorios que suministra, los capitales mueven sus departamentos, las inversiones que reclaman sus instalaciones, los recursos de marketing y publicidad a los que dan lugar sus espectáculos y concentraciones de masas, la intensa presencia en la vida cotidiana de todos los ciudadanos a través de los medios de comunicación o los movimientos de apuestas y todo tipo de juegos de azar que alimenta, Ya no es el que mueve y fomenta el mercado. Antes bien, es este último el que ha asumido la iniciativa de la explotación mundial de aquél (Ruiz Olabuénaga, 2001, pp. 21-22).
Un consumo que, siguiendo la línea teórica que propone Klaus Heinemann (1994), se puede entender como un servicio y como satisfacción de aspiraciones, como relajación y diversión, como acontecimiento y aventura, y como presentación de uno mismo, de aceptación y prestigio. Desde esta perspectiva teórica, un producto de consumo significa además, que es beneficioso económicamente, objeto de intereses económicos, comercialmente atractivo y con capacidad para competir en mercados dinámicos.
Dado que parece evidente que el deporte cada vez se va desarrollando como un producto de consumo de acuerdo con las características anteriormente citadas, parece justificado que se analice, en el marco de la encuesta sobre los hábitos deportivos, el consumo de deporte en tanto que objeto de entretenimiento, relajación, diversión, acontecimiento y aventura.
El deporte como fenómeno mediático, y por extensión como industria4, se regirá por unas reglas sometidas, cada vez más, a los dictados de la televisión y la publicidad. La mercantilización del deporte se fundamenta en la subordinación progresiva de las federaciones deportivas a las televisiones, promotores y agentes. La cantidad percibida por los deportistas en su carrera deportiva es una cuestión menor comparada con el sometimiento de las federaciones a las exigencias de la industria: agencias de publicidad, empresas constructoras, de comunicación, de material y equipamiento deportivo dependen del deporte.
Este periodo representa el paso del deporte moderno al contemporáneo, y significa sobre todo que la ingente industria del deporte genera dinero, cada vez más, fuera del terreno de juego. Para Cagigal (1981) el éxito de esta dinámica supondrá frecuentemente la utilización política y social de los campeones, los deportistas pendientes del espectáculo y la pérdida de importantes valores educativos.
Explicación: