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Respuesta:
Explicación:
Es responsabilidad de cada institución educativa velar de que los
estudiantes al graduarse, tengan: conocimiento de las estructuras de los textos,
tomando en cuenta el tema, quiénes serán sus lectores y el contexto donde se
producen. Para lograr esto, los maestros y profesores de cada nivel deben estar
conscientes de que el pensamiento y la comunicación utilizan diversos tipos de
lenguaje como el oral, escrito y el matemático.
No podemos separar el pensamiento de la comunicación, por lo tanto, la
redacción debe ser cultivada en todas las disciplinas. En algunos cursos, la
redacción es utilizada solamente como un mecanismo de transcripción de
informaciones que ya están disponibles, es decir el estudiante solamente escribe
para “copiar” lo que es dicho por el docente.
Para algunos, la escritura solamente sirve para reproducir la lengua oral y
la enseñanza de la misma consta sólo de la memorización de grafemas y reglas
ortográficas. El enfoque tradicional de la redacción se concentra en la forma, no
en la substancia. Éste parte de la premisa de que para escribir bien, sólo
necesitamos conocer las reglas de ortografía. Bajo el enfoque tradicional, el
estudiante escribe pero no compone y no se expresa sobre un tema asignado.
A partir de una serie de investigaciones llevadas a cabo durante la
década de los setenta, el proceso de la escritura tomó gran importancia en la
enseñanza de la misma. Según las investigaciones, es vital conocer el proceso
mediante el cual llegamos al escrito final.
La redacción ayuda a desarrollar el pensamiento ya que ayuda, no sólo a
desarrollar y organizar ideas sino, a compartir ideas con nuestros compañeros.
Al escribir, el estudiante produce textos, por lo tanto desarrolla su conocimiento
con sus propias ideas. El estudiante crea sus propias estructuras lingüísticas, no
reproduce las del profesor o las del libro de texto.
Cuando escribimos procesamos información por lo tanto, aprendemos
escribiendo. Al incluir actividades de redacción en los cursos, el estudiante se
apropia del material estudiado y ya no sólo estudia para memorizar textos, sino
que los produce. Al escribir, es importante llevar a cabo ciertas actividades
antes, durante y después de la redacción. Es necesario llevar a cabo, listas,
esquemas, bosquejos y varias revisiones de borradores antes de llegar al
producto final. La gramática y la ortografía no se descartan por completo, no
obstante, son vistas como parte este proceso complejo.
Según Cassany (1990) un escritor competente tiene las siguientes
características:
a) Ve la redacción como un ejercicio complejo que depende de muchos factores
como el contexto y la audiencia.
b) Confía en la comunicación escrita. Comprende que la redacción es un
proceso, por lo tanto se siente comprometido con seguir las tareas y estrategias
de acuerdo con el tipo de texto que va a componer.
c) Comprende la necesidad de realizar varios borradores y revisan los mismos
varias veces.
Es importarte destacar que el tipo de texto que un estudiante universitario
produce tiene unas características particulares y éste se denomina como texto
académico. El contenido de este tipo de texto, cuyo lenguaje es especializado,
es producto de lecturas previas, conferencias u otras actividades académicas.
Generalmente estos textos tienen como destinatario a un docente y tienen un
tiempo limitado para su producción, es decir tienen una fecha de entrega, por lo
tanto, las actividades relacionadas al proceso de redacción deben ajustarse a la
misma.
No podemos olvidar lo siguiente:
a. Para cada disciplina hay diferentes reglas para leer y escribir.
b. Cada disciplina es una cultura diferente.
c. La manera en que el estudiante puede ingresar a su disciplina (comunidad
discursiva) es a través la producción de textos.
Paula Carlino (2003) le da el nombre de alfabetización académica al
conjunto de competencias necesarias para poder participar de la cultura de las
disciplinas. La alfabetización académica es, según Carlino, el proceso que tiene
que ocurrir para que el estudiante domine el discurso de su disciplina, ya que
cada empresa académica tiene sus reglas internas de comunicación. El
estudiante adquiere el lenguaje de su disciplina no sólo a través de la producción
de textos, sino con la lectura de textos considerados como fundamentales en la
disciplina.
Con la producción y la lectura de textos fundamentales, el estudiante tendrá
un marco académico que aunque personalizado estará basado en la bibliografía
aceptada por la disciplina.
A parte de los textos y la redacción, es importante tener en cuenta el
contenido del texto que queremos producir. Esta dirección se conoce como el
enfoque basado en el contenido. Este enfoque de enseñanza del lenguaje,
según Casanny, surge de dos movimientos diferentes: la escritura a través del
currículo y la escritura en las disciplinas. Éste plantea que el estudiante produce
en el contexto académico textos para un objetivo específico: el académico y los