Redacta un cuento utilizando los conectores estudiados y luego subrayalos
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Es para ahora
Porfis
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Respuesta:
– Daniel y el lago
Inicio
Cuando Daniel se levantó esa mañana no imaginó que sería un día que guardaría en su memoria para siempre.
Parecía un día miércoles normal. Era el último mes de vacaciones y Daniel ya había cumplido los 8 años, lo que quería decir que a partir de este año empezaría a ir solo a su colegio. Estaba aterrado.
Desde su casa a su colegio solo había unas pocas manzanas de distancia, pero a mitad de camino había un lago de color negro que lo aterraba.
Su hermano mayor, Sebastián, que ahora iba a la universidad, le había dicho que en ese lago vivía un monstruo enorme con ojos en todo su cuerpo y una gran boca que se abría del tamaño de su cabeza. Ese monstruo se llamaba Hugo y se alimentaba de niños estudiosos.
Nudo
Daniel había pensado que tal vez podría decirle a su madre qué no quería ir a la escuela solo, pero temía que se burlaran de él. Ser el más pequeño era complicado, todos se reían cuando tenía miedo.
A medida que se acababa las vacaciones Daniel pensaba más y más en el lago y en Hugo. Cuando llegó el día de ir a clases, él no podía con los nervios. Desde el primer paso que dio fuera de casa sintió que las piernas le temblaban como gelatina.
Desenlace
Vio el lago desde la distancia y comenzó a sudar. Y entonces notó que tres niños jugaban tranquilamente en la orilla, eran compañeros de clase. Daniel se acercó paso a paso, con temor, prestando atención a todo. Se ocultó detrás de un árbol a ver a sus amigos jugar, ellos también tenían buenas calificaciones, Hugo aparecería en cualquier momento.
Pero pasaban los minutos y Hugo no aparecía. Finalmente, Daniel se acercó al grupo y compartió los minutos que quedaban antes de tener que emprender el camino a clases. Daniel siempre pensó en ese día como el día en que aprendió a no creer en monstruos.
Fin.
SEGUNDO CUENTO
– Martha y la torta
Inicio
Vivir sola era una tarea más difícil de lo que imaginaba. Cada mañana tenía que levantarse muy temprano para que le diera tiempo de preparar su almuerzo, desayunar algo y correr a clases. Extrañaba un poco vivir en casa.
19 años había cumplido hacía unos meses, y al mismo tiempo había logrado entrar a la UCV, Universidad Central de Venezuela. Ella era de San Fernando de Apure, por lo que tenía que irse a vivir sola en una residencia. Por primera vez no contaría con la ayuda de mamá.
Apenas llevaba dos meses en la capital y ya había dañado un vestido, arruinado una olla y manchado una alfombra. No era tonta, ella sabía eso, pero no tenía ni idea de hacer absolutamente nada y no podía estar llamando a mamá cada 10 minutos, tenía que aprender a hacer sus cosas.
Nudo
Decidió que cocinar era esencial para sobrevivir sola, así que se enfrentaría a esa tarea con total dedicación.
Comenzó por buscar recetas en los libros que compraba por montones. Les pedía a sus amigas consejos y estudiaba las revistas. Finalmente se decidió a hacer una torta de chocolate. Entre todas las recetas que había leído y estudiado esa era la que se le hacía más atractiva.
Desenlace
Hizo una lista de compras muy cuidadosa, harina, mantequilla (no margarina) huevos, leche, chocolate, chispas de chocolate y un molde. Aprovechó y compró un batidor manual para no mezclar con tenedor, era una de las cosas que le habían dicho.
Al llegar a casa midió todo con cuidado, enharinó el molde y metió la torta al horno. Martha estaba muy emocionada con su torta y decidió que le daría tiempo de darse un baño, pues en la receta decía que con cocinar por 45 minutos a 180º era suficiente, ella lo pondría en 120º, ya que no había 90º y podría demorarse hora y cuarto antes de abrir el horno.
Al salir del baño encontró la casa llena de humo. Corrió apresurada a revisar su torta y al abrir el horno estaba negra. Llamó a su madre para saber qué había pasado, y entonces entendió que la matemática repostera no funcionaba así.
fin.