1. ¿Es costoso y se requiere disponer de un gran lote de terreno para tener una huerta? Justifica tu respuesta.
2. ¿Qué beneficios otorga el tener una huerta casera?
3. ¿Qué has decidido sembrar? ¿Por qué has tomado esa decisión?
4. ¿Qué otras personas se han vinculado con este proceso?
5. ¿Crees que con esta huerta se pueden generar nuevos ingresos para la familia?
6. Comparte en video tu experiencia con la huerta casera.
Respuestas
Respuesta:Podemos crear un huerto urbano prácticamente en cualquier lugar, un pequeño jardín, un patio, una terraza, un balcón o incluso una ventana nos va a permitir cultivar nuestras hortalizas. Pero hay una cuestión indispensable, que es disponer de un lugar con luz directa.
Las hortalizas al igual que el resto de las plantas necesitan la luz solar para obtener energía a través de la fotosíntesis. En principio la mejor orientación será aquella que nos permita una buena cantidad de horas de luz directa, normalmente orientación sur o sureste, aunque también habrá que tener en cuenta los obstáculos que podamos tener y que nos puedan crear sombras (edificios, etc.). En la mayoría de ocasiones no podemos elegir entre varias ubicaciones para el huerto y tenemos que adaptarnos al espacio disponible.
En cualquier caso, será importante valorar la disponibilidad de luz que tenemos en las diferentes épocas del año y valorar qué tipo de cultivo vamos a realizar. Puede ser que nuestro espacio sólo permita el cultivo en primavera-verano, época durante la cual la trayectoria del Sol es más elevada, disponiendo de luz suficiente, mientras que en invierno no reciba nada de luz. Sin embargo hay espacios que disponen de luz suficiente durante todo el año, pudiéndose cultivar en cada época los cultivos de temporada.
Por lo tanto, en función de la insolación que tengamos elegiremos las hortalizas que cultivaremos. Si tenemos muchas horas de sol en verano, recurriremos a cultivos exigentes como las berenjenas, los tomates o los pimientos, mientras que si recibimos menos horas de sol, optaremos por cultivos menos exigentes como lechugas, cebollas, rábanos, fresas.
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2.2 Recipientes y sustratos
En una vivienda unifamiliar con un pequeño terreno, podremos destinar una zona para nuestro huerto, delimitando el espacio y aportando al suelo abonos orgánicos que mejoren sus condiciones físico-químicas y su fertilidad. Pero si no disponemos de suelo, podemos crear nuestro huerto usando recipientes de cultivo y sustratos orgánicos.
Recipientes:
Elegiremos siempre aquellos que nos permitan un mayor volumen de sustrato, en función del espacio disponible que tengamos, siendo más importante el volumen total que puede albergar que no la profundidad del recipiente.
Existen recipientes de todos los tamaños y todos los materiales, siendo mejor una opción u otra según el espacio y el tipo de cultivos que queramos desarrollar.
Uno de los más interesantes es la mesa de cultivo, con diferentes longitudes, anchuras y alturas, se puede adaptar muy bien al espacio disponible permitiéndonos cultivar en una posición cómoda.
También podemos utilizar jardineras, dando mejor resultado las de madera por su capacidad aislante del sustrato frente al calor o el frío exterior.
Otras opciones son los recipientes de geotextil o macetas textiles que tienen como gran ventaja su ligereza o los jardines verticales que se adaptan muy bien a los espacios más reducidos.
Sustratos:
Lo más adecuado es usar sustratos orgánicos, los cuales deben.
Ser ligeros, para permitirnos su manejo con facilidad y no sobrecargar nuestras terrazas o balcones.
Tener una adecuada porosidad, que permita una buena aeración (circulación del aire que permita la respiración de las raíces) y retención de agua (que permita que se cree una reserva de agua en el sustrato a disposición de las raíces).
Retener nutrientes fundamentales.
Estos 3 requisitos los cumplen los sustratos orgánicos compostados, como el vermicompost (residuo orgánico digerido por la lombriz de California), que actuará además como abono al aportar todos los nutrientes que necesita la planta.
Otro sustrato que no aporta muchos nutrientes pero que tiene algunas de las propiedades mencionadas (ligereza, aeración, retención de agua y retención de nutrientes) es la fibra de coco.
Por ello puede ser interesante componer nuestro sustrato combinando uno que aporte buenas condiciones estructurales (fibra de coco) y otro que actúe como abono aportando los nutrientes y las propiedades de la materia orgánica (vermicompost).