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¿Que aspectos debes tener en cuenta para crear tu propio juego? ¿Porque es importante respetar las normas y reglas en el juego? ¿Porque crees que el trabajo en equipo fortalece la convivencia en casa?

Respuestas

Respuesta dada por: ks6027655
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Respuesta:

¿Que aspectos debes tener en cuenta para crear tu propio juego?

Necesitas utilizar un PC actual para desarrollar ya que el software que te va a permitir crear el juego va a requerir tener un soporte hardware importante. Generalmente no hace falta que sea de última generación, pero no debe ser muy antiguo. Y tener una buena memoria RAM, es imprescindible.

¿Porque es importante respetar las normas y reglas en el juego?

Las reglas en los juegos nos permiten mantener el espíritu del juego, el cual busca alcanzar la recreación de los seres humanos dentro del marco de respeto por los demás, y  es que en todo ámbito de nuestras vidas tenemos una obligación que cumplir, y su mero cumplimiento nos deja a cargo de una responsabilidad sobre este cargo, mientras que por otro lado tenemos en contraposición un derecho, y es justamente esta dualidad la que nos permite establecer o encontrar las reglas que se aplican a una gran cantidad de sucesos cotidianos o periódicos.

El conjunto de reglas más básicas que encontramos son justamente, las Normas de Convivencia, siendo aplicadas en distintos ámbitos de nuestra vida para no afectar la integridad y la libertad de otras personas y así, mantener la armonía y evitar los conflictos entre los seres humanos.

¿Porque crees que el trabajo en equipo fortalece la convivencia en casa?

La colaboración en los equipos fortalece las relaciones personales y la convivencia ya que para lograr un determinado objetivo debemos trabajar con tolerancia, empatía, solidaridad y respeto, siendo estos valores fundamentales para una buena convivencia.

Explicación:

Respuesta dada por: an17412pboihs
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Explicación:La disciplina depende en gran parte de las habilidades y de las conductas de los adultos, como también de la capacidad para combinar el afecto y el control. Esto es difícil, pues exige mucho de nosotros mismos. La buena disciplina no es solamente castigar o lograr que las reglas se cumplan, implica también que nos gusten los niños y que ellos se sientan aceptados y queridos por nosotros. El proveerles de reglas claras y apropiadas es sólo para su protección.

Nuestra conducta y actitudes afectan la conducta de nuestros hijos. Es posible que los niños se sientan bien, pero empiezan a portarse mal si se les dirige masivamente, o se les grita, en lugar de tratarlos como seres humanos. Los niños imitan la conducta de los adultos y si el adulto es grosero, estos también lo serán.

La disciplina no es sólo una palabra, una técnica o un conjunto de reglas. Se requiere combinar el afecto con el control; además el planear y el organizar muy bien el espacio, como también distribuir el tiempo disponible.   El manejo de los niños debe ser gentil pero con autoridad, ofreciéndoles siempre dirección y conductas apropiadas para imitar. Los niños necesitan adultos que tengan autocontrol y en quienes ellos puedan confiar.

Además, debemos recordar que el tono de voz, el uso de las manos, los gestos y las acciones pueden contribuir a controlar problemas. Las palabras del adulto también pueden ayudar al niño a comprender sus sentimientos y los de otros.

PRINCIPALES ERRORES que debilitan y disminuyen la autoridad de los padres:

La permisividad. Los adultos somos los que hemos de decirle al niño/a lo que está bien o lo que está mal. Un hijo/a que hace “fechorías” y sus padres no le corrigen piensa que es porque no lo quieren o no lo valoran. Los niños necesitan referentes y límites para crecer seguros y felices.

Ceder después de decir “no”. El “no” es innegociable. Nunca se puede negociar el no; es el error más frecuente y que más daño hace a los niños. En cambio, el “sí” sí se puede negociar. Si creemos que el niño puede ver la tele, negocie con él qué programa y cuanto rato.

El autoritarismo. Es el otro extremo del mismo palo que la permisividad. Es intentar que el niño/a haga todo lo que los padres quieren anulándole su personalidad. Sólo persigue la obediencia por la obediencia.

Falta de coherencia. Las reacciones del padre/madre han de ser siempre dentro de una misma línea ante los mismos hechos. Nuestro estado de ánimo ha de influir lo menos posible en la importancia que se da a los hechos.

Gritar/Perder los estribos. A veces es difícil no perderlos pero, gritar conlleva un gran peligro inherente. Cuando los gritos no dan resultado se puede pasar fácilmente al insulto, la humillación e incluso a los malos tratos. Nunca debemos llegar a este extremo. Si los padres se sienten desbordados deben pedir ayuda: tutores, psicólogos, escuelas de padres, ...

No cumplir las promesas ni las amenazas. Cada promesa o amenaza no cumplida es un girón de autoridad que se queda por el camino. Las promesas y amenazas deben ser realistas, es decir, fáciles de aplicar: un día sin tele o sin salir, es posible. Un mes es imposible.

No negociar supone autoritarismo y abuso de poder, y por lo tanto incomunicación. Un camino ideal para que en la adolescencia se rompan las relaciones entre los padres y los hijos.

No escuchar. Muchos padres se quejan de que sus hijos/as no les escuchan, y el problema es que ellos no han escuchado nunca a sus hijos. Los han juzgado, evaluado y les han dicho lo que tenían que hacer, pero escuchar...nunca.

Exigir éxitos inmediatos. Nadie ha nacido enseñado. Todo requiere un periodo de aprendizaje con sus correspondientes errores.

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