Imagina que te encuentras en una de las sesiones de la ONU y te darán la oportunidad de hacer una propuesta para garantizar la paz en el mundo. Escribe tu discurso.
Respuestas
Respuesta:
Comparezco ante ustedes con un espíritu de gratitud y humildad por la confianza que han depositado en mí para servir a los pueblos del mundo.
“Nosotros los pueblos”, y nuestras Naciones Unidas, se enfrentan a graves retos. Nuestro mundo se encuentra en una situación difícil. Muchos están sufriendo y sienten rabia, mientras ven cómo aumentan la inseguridad y la desigualdad, se propagan los conflictos y cambia el clima. La economía mundial está cada vez más integrada, pero el sentimiento de pertenencia a una comunidad mundial podría estar desintegrándose.
Las sociedades están fragmentadas. El discurso político está polarizado. La confianza en el seno de cada país y entre los países se ve socavada por quienes demonizan y dividen.
Somos un mundo en pedazos. Es necesario que seamos un mundo en paz.
Y creo firmemente que, juntos, podemos construir la paz, restablecer la confianza y crear un mundo mejor para todos.
Excelencias:
Me centraré hoy en siete amenazas y pruebas que se interponen en nuestro camino.
En cada caso, son muy claros los peligros. Sin embargo, si ante cada una de esas amenazas y pruebas actuamos como naciones verdaderamente unidas, podremos encontrar respuestas.
En primer lugar, refirámonos al peligro nuclear.
El uso de armas nucleares debería ser inconcebible. Ni siquiera debería consentirse nunca la amenaza de su uso.
Sin embargo, la ansiedad que provocan en todo el mundo las bombas atómicas no había llegado a un punto tan alto desde el fin de la Guerra Fría.
No se trata de un temor abstracto. Millones de personas viven bajo la sombra del temor que proyectan los provocadores ensayos nucleares y de misiles realizados por la República Popular Democrática de Corea.
Dentro de la propia República Popular Democrática de Corea, esos ensayos no hacen nada para aliviar la desesperada situación de quienes sufren hambre y graves violaciones de sus derechos humanos.
Condeno inequívocamente esos ensayos.
Exhorto a la República Popular Democrática de Corea y a todos los Estados Miembros a que cumplan plenamente las resoluciones del Consejo de Seguridad.
La resolución 2375, aprobada por unanimidad la semana pasada, endurece las sanciones contra ese país y envía un claro mensaje sobre sus obligaciones internacionales.
Apelo al Consejo para que mantenga su unidad.
Solo esa unidad puede conducir a la desnuclearización de la península de Corea y —como se reconoce en la resolución— crear la oportunidad de emprender gestiones diplomáticas para resolver la crisis.
Cuando las tensiones aumentan, también lo hace la posibilidad de cometer errores de cálculo. El lenguaje inflamatorio puede dar lugar a malentendidos fatales.
La solución debe ser política. El momento exige liderazgo político.
No debemos dejarnos arrastrar sin darnos cuenta hacia la guerra.
En términos más generales, todos los países deben dar muestras de un mayor compromiso con el objetivo universal de un mundo libre de armas nucleares. Los Estados poseedores de armas nucleares tienen la responsabilidad especial de encabezar ese esfuerzo.
Hoy la proliferación crea un peligro inimaginable y el desarme está paralizado.
Es urgente la necesidad de prevenir la proliferación y promover el desarme.
Esos objetivos están vinculados entre sí. Los progresos en la consecución de uno generarán progresos en la consecución del otro.
Excelencias:
En segundo lugar, permítaseme referirme ahora a la amenaza mundial del terrorismo.
Nada justifica el terrorismo: ninguna causa, ningún agravio.
El terrorismo sigue cobrándose cada vez más vidas y dejando un creciente saldo de devastación. Está destruyendo sociedades, desestabilizando regiones y desviando energía de actividades más productivas.
Las iniciativas nacionales y multilaterales de lucha contra el terrorismo han perturbado redes, recuperado territorio, impedido ataques y salvado vidas.
Es necesario intensificar esa labor. El fortalecimiento de la cooperación internacional sigue siendo crucial.
Doy las gracias a la Asamblea General por haber aprobado una de mis primeras iniciativas de reforma: el establecimiento de la Oficina de las Naciones Unidas de Lucha contra el Terrorismo.
El próximo año, tengo la intención de convocar la primera reunión de jefes de organismos de lucha contra el terrorismo de los Estados Miembros con el fin forjar una nueva Alianza Internacional contra el Terrorismo.
Sin embargo, no es suficiente luchar contra los terroristas en el campo de batalla o negarles fondos.
Explicación: