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Gusto por el café: Las personas de ambas tierras desarrollan un gusto por el café casi adictivo desde las primeras edades. Mezclado o solo, forma parte de la dieta diaria de ticos y cubiches,y de adulto la situación empeora, el cuerpo pide el rico líquido a gritos.
La fiesta va incluida en el presupuesto del mes: Cubanos y costarricenses no pierden ocasión para celebrar. No hace falta un cumpleaños o fechas señaladas, estar vivos ya es de por sí un buen pretexto para empezar la fiesta.
Utilizar referencias para las direcciones: Según los propios ticos en el momento de dar direcciones a novatos lo más conveniente es obviar los nombres de calles y entre calles. Resulta más entendible para “el perdido” decirle que camine una cuadra y cuando se encuentre con el árbol grande, al lado de la casa verde con una puerta negra, siga recto y al final encontrará lo que busca. Igualito nos pasa los cubanos.
La gente aprende a bailar en casa: Para costarricenses y cubanos bailar viene desde la cuna. A ninguno le hace falta meterse a una academia para darle en la costura (hacerlo bien) al baile y asombrar por el ritmo y porte al danzar. Mover caderas y piernas forma parte de la cultura propia que nace en las raíces de la cultura en las dos naciones.
Ambiente y personas parecidas: Tanto Costa Rica como Cuba, constituyen paraísos verdes de sol y playa. Encima encontrarás locales en extremo amables y entusiastas. Dos pueblos de con un profundo sentido de la hospitalidad, donde conviven el mestizaje y la cultura como uno solo.
Si, son elementos reales que nos hermanan, características que hacen de estos dos pueblos lugares de eterno sentimiento y arraigo.
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