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LA CIGARRA Y LA HORMIGA -Félix María Samaniego - “Era un caluroso verano. Una cigarra, protegida del sol por la sombra un árbol y disfrutando el momento sin ninguna intención de ponerse a trabajar, cantaba y cantaba continuamente. Mientras vio como su vecina, una trabajadora hormiga, se encontraba trabajando arduamente para ir llevando comida a su hogar. La cigarra le ofreció cantar y descansar, a lo que la hormiga la indicó que debería dejar de estar ociosa y ponerse a recoger alimentos. La cigarra ignoró su consejo. Meses después llegó un invierno frío, que sorprendió a la cigarra sin nada que comer ni un sitio al que ir. Desesperada acudió a su vecina la hormiga pidiéndole ayuda. Sin embargo, la hormiga contestó preguntando qué había hecho durante el verano. La cigarra le dijo que cantar, a lo que la hormiga le respondió que bailara ahora ya que cuando pudo no hizo nada para evitar esa situación, y cerró la puerta dejando fuera a la cigarra.
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Nucleo del subjeto de la cigarra y la hormiga