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La química está cada vez más presente en todos los ámbitos de nuestra vida, con el objetivo de hacer más fáciles y cómodas las distintas tareas que llevamos a cabo. Dentro del hogar, ésa prima en la mayor parte de los elementos y estancias, y en el caso de los jardines se multiplica a lo largo de toda su superficie.
Utensilios de jardín
Si echas un vistazo al jardín de cualquier vivienda, verás que son varios los productos elaborados con materiales químicos que se repiten en todos y cada uno de ellos. Éste es el caso de las mangueras, regaderas o aspersores con los que se mantienen húmedos el césped y las plantas, y con los que también puedes refrescarte para hacer frente al calor que aprieta en verano. También puedes encontrar maceteros o tiestos que albergan las plantas que tanto decoran esta zona exterior; así como palas, rastrillos, escobas, luces o zonas de juegos, elaboradas con materiales plásticos que tantos beneficios aportan. Las macetas de plástico, por ejemplo, son más duraderas que las de barro, pesan y cuestan menos, retienen mejor la humedad y pueden incorporar depósitos de agua con sistemas de auto-riego
Por lo general, ese conjunto de productos se caracteriza por su composición a base de policloruro de vinilo, comúnmente conocido como PVC, que deriva de la sal y del gas de petróleo. Gracias a éste, que se sitúa en la mayor parte de los elementos plásticos que utilizados a diario como productos higiénicos o farmacéuticos, piscinas, tuberías o marcos de ventanas; los utensilios de jardín son más duraderos, ligeros, resistentes y aislantes, y disponen de una baja permeabilidad.
Además del PVC, el propileno tiene la misma derivación que el primero, de modo que es también una clase de plástico muy recurrente en el mobiliario de jardín.
Uso eficiente
Si bien la química dota de eficiencia al material de jardín, el mantenimiento de dichos productos es también fundamental para conseguir un entorno sostenible. Debes cuidar cada herramienta que utilices conservando su limpieza y buen estado después de cada uso y guardarla en un armario o recipiente donde no vaya a deteriorarse su estado físico. No derrochar agua cuando emplees la manguera o revisar que las macetas no tengan fugas para no tener que regarlas con mayor asiduidad de la normal, son pequeños pasos con los que obtendrás un resultado eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
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