Respuestas
Respuesta:
1 Dar un buen testimonio.
2 Ser luz ante las tinieblas.
3 Evangelizar.
4 Ser obedientes a sus pastores
5 Ser un buen servidor para el señor.
6 Nunca tomar en vano el trabajo de Dios.
7 Tomar con alegría la corrección de Dios.
8 Amar y respetar A su prójimo como así mismo.
9 No desmayar en la obra de Dios.
10 Amar con todo su corazón a Dios
Explicación:
Respuesta:
La vida cristiana es de obediencia. Es lo que un autor ha descrito brillantemente como “una larga obediencia en la misma dirección”. Aquellos que se han vuelto a Jesucristo en arrepentimiento y fe prueban la autenticidad de su conversión por su obediencia. Tan pronto como han hecho su profesión, comienzan a buscar voluntaria y alegremente la voluntad de Dios y a vivir en conformidad con ella. Como David, ellos aprenden a decir: “Hazme andar por la senda de tus mandamientos, porque en ella me deleito.” y hallaré sus corazones exclamando: “¡Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.” (Salmo 119: 35, 97). A los cristianos se les enseñan los mandamientos de Cristo para que los obedezcan (Mateo 28:20). Aprenden que tienen un deber de oración, así que oran; aprenden que tienen un deber de perdón, así que perdonan; aprenden que tienen un deber de diligencia, por lo que trabajan duro y proveen generosamente. Bien y bueno.
Pero aquí está lo complicado: el deber es destructivo cuando es alimentado por motivos malvados. Los hipócritas cumplen deberes religiosos para convencerse de su justicia. Ellos piensan: “Solo miren todas las cosas buenas que hago. ¡Debo ser cristiano! “Los engañadores cumplen deberes religiosos para convencer a otros de su justicia. Ellos dicen: “Solo mira todas las cosas buenas que hago. ¡Soy meor que tu!” Si la marca de los verdaderos creyentes es que cumplen con gozo todos sus deberes dados por Dios, la marca de los engañadores religiosos e hipócritas es que eligen egoístamente y escogen las que ellos realizarán. A veces ceden sólo a los deberes que son sencillos, que satisfacen su orgullo, o que alivian su culpa. Pueden ser como las autoridades religiosas de los días de Jesús que estaban seguros de “diezmar la menta y el eneldo y el comino”, pero “descuidaron los asuntos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad” (Mateo 23:23). Los hipócritas religiosos se regodean en el puñado de deberes que han obedecido, ciegos a las innumerables áreas donde necesitan desesperadamente la gracia de Dios. El hecho es que el deber es bueno y necesario, pero es peligroso y engañoso cuando es alimentado por un corazón perverso.
Hoy estoy comenzando una nueva serie de artículos que examinarán “Los 10 Deberes de Cada Cristiano”, pero empiezo con alguna vacilación. Soy consciente de las formas en que el deber puede ser mal utilizado y mal aplicado. Lo sé por leer la Biblia, lo sé por interactuar con otros, y lo sé por mi propia vida y experiencia. El peligro en una lista de 10 deberes es que en manos de personas pecaminosas se arriesga a convertirse en poco más que una lista tripartita que fomenta el engaño y la falta de sinceridad. Puede ser utilizado por los hipócritas para promover su autoengaño y por los engañadores para avanzar en su engaño a los demás.
Quiero exponer a los hipócritas, no fomentarlos. Quiero desenmascarar engañadores, no cultivarlos. Y quiero exponer y desenmascarar cualquier hipocresía y engaño que mora dentro de mí. Por esta razón, voy a proceder de manera cautelosa y deliberada. Mientras que cada uno de estos 10 artículos incluirá la instrucción bíblica y describirá la vida cristiana obediente, ellos también distinguirán cuidadosamente entre la obediencia verdadera por un lado y la hipocresía o engaño por el otro. De esta manera, esta lista de deberes cristianos enseñará y advertirá, tanto entrenará como probará. Se supone que es mucho más que una lista de comportamientos, sino más bien una serie de piedras de toque, medidas de la autenticidad y calidad de nuestra fe.
Estos no son 10 deberes para tachar apresuradamente una lista, sino 10 deberes a realizar conscientemente en toda la vida.
Aún cuando comenzamos, debemos recordarnos las buenas nuevas del evangelio. Cuando nos volvemos a los deberes que Dios espera de su pueblo, admitimos que no podemos realizarlos con perfección. En varias ocasiones y de diversas maneras, inevitablemente fracasaremos. Pero nos alegramos de que nuestra justificación se encuentre en la perfecta obediencia de Jesucristo. Debido a su justicia y pago por nuestros pecados, Dios está dispuesto a aceptar nuestra obediencia incompleta. Donde quiera que nos quedemos cortos, tenemos un defensor ante el Padre, Jesucristo el justo. El Padre es fiel para perdonarnos, para limpiarnos y para darnos poder por su Espíritu para avanzar en obediencia. Con esto en mente, pasemos al primero de los 10 deberes de cada cristiano: El deber de la introspección.
Explicación: