Respuestas
Los partidarios de Iturbide, una parte de los monarquistas y el clero ( el sargento pío marcha )
Respuesta:
La coronación de Iturbide como emperador de México era apoyada por militares, miembros del clero y criollos acomodados. El otro bando estaba conformado por los borbonistas.
Estos últimos eran peninsulares radicados en México, quienes abogaban para que un miembro de la Casa de Borbón aceptara el Imperio mexicano, y preservar con esto la unidad nacional.
Agustín de Iturbide
Estos dos grupos eran monarquistas. Había un tercer grupo, los republicanos, quienes preferían la conformación de un gobierno federal con el fin de asegurar la igualdad de los ciudadanos mexicanos.
Al final, los iturbidistas se impusieron y, en una sesión extraordinaria del Congreso convocada el 19 de mayo de 1822, Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu fue proclamado emperador de México.
Acontecimientos previos a la coronación de Iturbide
Retrato póstumo de cuerpo completo de Vicente Guerrero pintado para adornar el Salón Iturbide del entonces Palacio Imperial mexicano. Ramón Sagredo [Public domain], vía Wikimedia Commons.
El terrateniente criollo y ex oficial del ejército español Agustín de Iturbide había asumido el liderazgo del movimiento independentista mexicano en 1820.
El 24 de febrero de 1821, en alianza con el comandante insurgente Vicente Guerrero, firma el Plan de Iguala. Con este plan se proclamaba la independencia inmediata de la nación, pero respetando aún a España.
Este pacto contemplaba establecer una monarquía constitucional gobernada por un príncipe europeo o, en su defecto, un mexicano.
Pedía, además, el mantenimiento de todas las potestades de la Iglesia Católica Romana y los militares, iguales derechos para los criollos y peninsulares, y la eliminación de confiscaciones de propiedades.
Pronto, casi todos los grupos influyentes del país aprobaron el plan pues les aseguraba mantener el estatus quo y el económico, amenazado por el gobierno liberal recientemente instalado en España.
Luego, el 24 de agosto de 1821, Iturbide y el virrey español Juan O’Donojú firmaron el Tratado de Córdoba. O’Donojú, considerando la improbabilidad de recuperar la autoridad española sobre la colonia rebelde, ratificó el Plan Iguala y acordó retirar las tropas realistas.
El gobierno español posteriormente se negó a aceptar los términos de este tratado, pero ya estaban en marcha los acontecimientos que culminarían en la coronación de Iturbide.
La coronación de Iturbide
Al proclamarse la independencia de la nación mexicana, se nombró una Junta Provisional Gubernativa y de la Regencia, presidida por Iturbide. Este dedicó sus esfuerzos a configurar las bases del nuevo gobierno monárquico que aún no se había conformado.
Siguiendo los acuerdos del Plan de Iguala, se estableció un Congreso en el cual estaban representadas todas las provincias. Sus miembros eran clérigos, jefes militares y magistrados que habían servido al régimen anterior, garantizando así proteger los intereses de la aristocracia.
No pasó mucho tiempo para que comenzaran las luchas internas entre las facciones contrarias que integraban la Junta y el Congreso.
Bordonistas, iturbidistas y republicanos se enfrascaron en una lucha de poder para imponer sus intereses particulares. Los primeros eran mayoría en el Congreso, y los enfrentamientos entre estos y los partidarios de Iturbide arreciaron.
En febrero de 1822, en tierras mexicanas se conoció que las Cortes de España habían anulado el Tratado de Córdova, negando la independencia del país.
Esto caldeó los ánimos, e hizo que los bordonistas perdieran terreno. Quienes apoyaban a Iturbide no desaprovecharon esta oportunidad para promoverlo como la persona ideal para ocupar el trono ya que este héroe nacional había hecho suficientes méritos durante el proceso independentista.
En la víspera del 19 de mayo de 1822, un ejército de 35 mil hombres proclamó a Agustín de Iturbide como Emperador del Imperio mexicano.
Al día siguiente, algunos pocos miembros del Congreso se manifestaron a favor de consultar con las provincias antes de ratificar la proclamación. Al final, se impuso la mayoría. Los habitantes de la capital recibieron la noticia con júbilo, aclamando su nuevo monarca.