Explica el impacto del caudillismo en Latinoamérica después de la independencia. porfa esta pregunta doy coronita si la respuesta esta bien

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Respuesta dada por: XNINJAXX
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PALABRAS FINALES

El caudillismo tiene plena vigencia en América Latina debido a que persisten las condiciones estructurales en los campos económico, social y cultural que la han hecho posible. Su discurso y su práctica, aunados al elemento crucial de la legitimidad, da al caudillo un papel eminente y esperanzador en sectores sociales capaces de decidir, en un momento dado, el curso que seguirá la política en el país al que pertenecen. ¿Por qué el caudillo es un personaje de nuestro tiempo y del que sabremos en el futuro? De inicio hay que señalar que a pesar de la presencia de sólidas instituciones formales de la democracia liberal en los países latinoamericanos, se mantiene el dominio de los sectores oligárquicos y su clase política correspondiente. La experiencia señala que, salvo en momentos de crisis, mantienen su capacidad de control y ejercen una presión determinante en la marcha del ejercicio político. A pesar de sus diferencias internas, mantienen acuerdos básicos para mantener sus espacios frente a las posibles "invasiones" de las clases subordinadas y, en general, de organizaciones que le son contestatarias. Si es necesario, hacen valer sus pactos con fuerzas del exterior y, cuando no queda remedio, tratan de acomodarse cuando la clase política que le es afín ha perdido la pelea. En algún momento esta clase tradicional y sus instituciones partidarias se anquilosan y resultan por tanto incapaces de reaccionar ante los desafíos que presentan las nuevas expresiones políticas. Esta insuficiencia ha tenido dos resultados: la militarización del Estado –que resultó en graves retrocesos y cuyos efectos todavía se pagan– y la emergencia de personajes, movimientos y nuevos partidos. La oligarquía no solamente se queda sin el personal capacitado, sino también privado de razones y argumentos.

El fracaso del neoliberalismo, que para efectos prácticos es una "doctrina exótica y foránea" que ha profundizado las inequidades en la distribución del ingreso y cancelado las expectativas de trabajo y progreso en sectores enteros, particularmente de los pobres y miserables, y de jóvenes de la clase media para abajo que no logran ubicarse en la estructura laboral. El neoliberalismo está en retirada en la mayor parte de los países latinoamericanos, y cada vez es objeto mayor de críticas de todos lados. Los gobiernos y sus personajes se perciben como incapaces y corruptos; culpables de los males de muchos. Así que, aunque sea de manera ilusoria y demagógica, el caudillo logra proyectar una imagen muy positiva en los sectores desfavorecidos. El caudillo moderno, normalmente de un origen muy modesto, como es el caso de chávez y su símil boliviano, Evo Morales, representan un aire fresco en el ambiente, una nueva energía capaz de atraer a sectores antes alejados de la vida política. Imagen y discurso expresan "la palabra cálida del ser humano" frente a la "palabra impersonal de gobiernos y partidos".

El caso del presidente Hugo Chávez ofrece un tipo de caudillismo semejante al de sus predecesores, pero con algunas diferencias importantes. Cuenta con los recursos para llevar a cabo sus proyectos, gracias a las entradas considerables de petrodólares. Se afirma que los experimentos populistas se han llevado a cabo con dinero del exterior, que han traído un endeudamiento intolerable, que han generado crisis y luego créditos de emergencia condicionados a la puesta en marcha de políticas de corte neoliberal. El petróleo entonces hace la diferencia. No hay nada que permita conocer, de momento, que Chávez se encuentre en la trayectoria del espiral populista, ni en la fiesta de la corrupción que hizo tan célebre a Carlos Andrés Pérez. Sí sabemos que chávez lleva a cabo una política de bienestar social efectiva con algunos paralelos con otros países petroleros del tipo de los Emiratos Árabes o Arabia Saudita o Kuwait. En el plano regional e internacional, la presencia de Venezuela va más allá de las palabras, porque en su calidad de "líder bolivariano" se ha constituido en apoyo principal de países como Cuba, y lo será, si las circunstancias no cambian, de Bolivia. El activismo de Venezuela no tiene precedente en cuanto a la proyección de algún país latinoamericano en la región desde los sesentas, cuando la Revolución Cubana hizo sentir su influencia y se intentó su "exportación" al continente. Habrá que esperar a lo que pase en este 2006, cuando tengan lugar las elecciones presidenciales en varios países de América Latina, y en especial, en Venezuela, donde se verá si la democracia venezolana sanciona positivamente la labor de Hugo Chávez, y le permita una segunda reelección. La moneda está en el aire.

HUGO CHÁVEZ, UN CAUDILLO SUI GÉNERIS

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