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Cuando se piensa en el equilibrio, parece que no viene a la mente el rol que tienen los oídos. Pero los oídos son cruciales para mantener el equilibrio gracias a su nervio vestibulococlear. Este nervio envía señales al cerebro que controlan la audición (función auditoria) y ayudan con el equilibrio (funciónPero los oídos no son los únicos órganos que nos ayudan a mantener el equilibro. Los oídos, los ojos, las articulaciones y los músculos trabajan todos juntos para ayudarnos a mantenernos firmes y erguidos. Cuando uno o más de estos sistemas no funciona bien, puede resultar difícil movilizarse y simplemente funcionar, día a día. Las cosas más simples, como caminar, andar en bicicleta, tener éxito en la escuela, incluso jugar pueden volverse tareas difíciles y frustrantes.
Los trastornos del equilibrio son considerados poco comunes en los niños, pero pueden ser subestimados. Los síntomas de los niños se pueden diagnosticar mal como otra cosa o incluso pasar por alto. Pero resolver los problemas de equilibrio de los niños puede marcar una mejora importante en su calidad general de vida, en su capacidad para jugar, aprender y sentirse lo más felices y sanos que sea posible.
Cómo funciona el equilibrio
Para comprender los problemas de equilibrio, es importante que comprenda cómo funciona normalmente el equilibrio. Básicamente, el cuerpo confía en tres sistemas separados, cada uno envía impulsos nerviosos al cerebro:
En el cuello, el torso, las articulaciones de las piernas y los pies hay sensores de presión que envían información al cerebro acerca de dónde está el cuerpo en relación con el mundo (también conocido como propiocepción). Los mensajes se envían cuando hacemos cosas como girar la cabeza, movernos y caminar sobre superficies diferentes.
En el frente del oído interno, o laberinto, está la cóclea, que está involucrada en la audición; en la parte trasera están los canales semicirculares, que afectan el equilibrio. Conectados a ellos está el vestíbulo (con órganos sensoriales conocidos como utrículo y sáculo), que afectan al equilibrio y la estabilidad. Cuando giramos la cabeza rápidamente, el líquido de los canales semicirculares mueve los pequeños vellos que recubren la cóclea y envían un mensaje (a través del nervio vestibulococlear) al cerebro acerca del movimiento. En menos de un segundo, el cerebro envía mensajes a los músculos necesarios para mantener el equilibrio y ayuda a los ojos a mantenerse enfocados.
En los ojos, las terminaciones nerviosas de la retina (en la parte posterior del ojo) tienen células sensibles a la luz llamadas conos y bastones. Cuando miramos algo, la luz llega a la retina y los bastones y los conos envían señales eléctricas al cerebro a través del nervio óptico. El cerebro usa estas señales para interpretar lo que estamos viendo y para crear imágenes visuales. Cada ojo recibe imágenes apenas diferentes de (e información acerca de) el mismo objeto, que ayuda con la percepción de la profundidad (a qué distancia está un objeto) y es vital para mantener el equilibrio.
Si alguno de estos sistemas no está funcionando bien, puede afectar el equilibrio.
Síntomas
De acuerdo con el tipo de trastorno del equilibrio y lo que lo causa, los síntomas pueden variar de un niño a otro. Algunos niños puede tener síntomas graves, lo que les dificulta funcionar. Otros pueden tener sólo síntomas leves que apenas se notan.
Sin embargo, por lo general, los niños con trastornos del equilibrio tienen síntomas de desequilibrio, una sensación de inestabilidad, "atontamiento" que hace que les resulte difícil pararse, caminar, doblar las esquinas o subir escaleras sin caerse, chocarse cosas, tropezarse o tropezarse y caerse.
También pueden caminar con las piernas demasiado separadas o no poder caminar sin tambalearse. También puede resultarles difícil caminar en la oscuridad o en superficies desniveladas. Todo esto puede hacerlos sentir descordinados y torpes.
Otro síntoma común de un problema de equilibrio es el vértigo. La mayoría de las personas piensa que es una sensación repentina de que la habitación está dando vueltas o de que uno se está moviendo cuando está sentado o quieto. Pero los niños pueden describirlo como una sensación de que están hamacándose, flotando o "en un carrusel". Los niños también pueden sentirse mareados, aturdidos o desorientados.
Los trastornos del equilibrio también pueden causar problemas de la visión. Los niños pueden ver imágenes que rebotan o ver borroso cuando mueven la cabeza. Esto se llama oscilopsia, lo que puede hacer que leer y escribir sea muy difícil.
espero haberte ayudado (◍•ᴗ•◍)