¿Quién diría que el primero en entrar al mundo de los organismos en
miniatura no fue un médico, ni un científico y tampoco un biólogo? Fue
un vendedor de paños holandés, a quien le fascinaba el mundo de la
invención. Él se llamaba Anton Van Leeuwenhoek (1632-1723), y fue el
primero en mirar donde ninguno había mirado antes. Observó con su
propio microscopio gotas de agua estancada, vinagre, su propia sangre, y allí encontró diminutos organismos en pleno movimiento. ¡Imagina
qué reacciones tuvo la gente de esta época al conocer los resultados
de sus observaciones! porfa la necesito urg
Respuestas
En la Edad Media y para adelante siempre faltaba aquella idea del “progreso”, tal como hoy la
conocemos.
En ese tiempo la religión era en la Edad Media algo omnipresente. Todos los ámbitos de la
vida estaban impregnados de creencias religiosas, cristianas o paganas. La esfera de lo
profano era incomparablemente más reducida que en la actualidad. El enfermo no sólo
se dirige al médico, sino que hace ofrendas a los santos o peregrina a un santuario. Los
documentos comienzan con una advocación a la Santísima Trinidad. El castillo se
construye con su capilla, cuyo Santísimo y cuyas reliquias se creen más eficaces en la
defensa que las propias instalaciones y pertrechos militares. Las deficiencias técnicas
obligan a recurrir a la religión. Donde no existen tractores, hay que rogar al santo local.
Y lo mismo sucede con la falta de lluvias y de obras hidráulicas, con los pavorosos
incendios o con la peste y otras enfermedades. La tendencia de la religión a penetrar en
la literatura profana es particularmente marcada en la Edad Media alemana.
Considero que en esos tiempos al ver nuevos descubrimientos, la gente era escéptica, y destructivo, pues solemos destruir los desconocido, tachandolo por algo negativo y oscuro, el abrirse un camino en esos tiempos era todo un reto, pero ciertamente existía personas que no quería seguir viviendo en la ignorancia, es curioso porque a partir de estos descubrimientos la gente dejó de ignorante en su mayoría, nos volvíamos adaptativos, evolucionistas, y mucho más.
Respuesta:
Él se llamaba Anton Van Leeuwenhoek (1632-1723), y fue el. primero en mirar donde ninguno había mirado antes. Observó con su. propio microscopio gotas de agua estancada, vinagre, su propia sangre, y allí encontró diminutos organismos en pleno movimiento
Explicación:
Espero le sirva