Respuestas
Explicación:
Imagínate uno de esos días calurosos de verano.
Las gotas de sudor están resbalando por toda tu cara, sientes el aire espeso y la boca seca.
Te acercas a la nevera y encuentras una botella de agua bien fría. La abres y te la tomas de un solo trago; sientes como la sed desaparece mientras una sensación refrescante recorre tu garganta, haciendo el típico aaaahhh justo después de terminar.
Lamentablemente, el agua no es la opción a elegir de la mayoría. Muchas veces (sin darte cuenta) caes en la trampa de las bebidas azucaradas.
En ese día caluroso de verano (o en cualquier otra ocasión), eliges sin pensarlo mucho una gaseosa, la típica y gloriosa lata roja.
La abres y cada trago se convierte en una mini celebración, sientes que estás en las nubes después de que la cafeína y la bomba azucarada invaden tu cerebro. Parece que esas burbujas de la “felicidad” harán tu día mucho mejor.