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Esta tesis fue elaborada durante el año 2000 y defendida en 2001, como requisito para la obtención del título de magíster en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud, de la Universidad Nacional de Lanús. Los 18 años que median entre la finalización de la obra y la presente edición merecen unos breves comentarios. En primer lugar, no se han hecho cambios de contenido al trabajo original. Este mismo trabajo, realizado hoy en día, daría resultados diferentes. Una razón es que los recursos disponibles para los trabajos bibliográficos eran más limitados cuando Internet aún estaba emergiendo. Por lo tanto, mi acceso a ciertas teorías y no a otras estuvo condicionado por ese contexto y por la exposición a los contenidos y discusiones que se dieron durante mi paso por la maestría. Otra razón es que las grandes tendencias son más fáciles de discernir a la distancia. Por ello, la revisión de las propuestas teóricas más contemporáneas está afectada por una cierta dosis de inmediatez. En segundo lugar, la tesis se ocupa a grandes rasgos de las principales teorías en la historia de la epidemiología y la salud pública, y cubre 150 años, aproximadamente desde 1840 hasta 1990. Una revisión de las tendencias contemporáneas requeriría una investigación minuciosa de la producción de las últimas tres décadas y, por lo tanto, un volumen especial. En tercer lugar, este lapso parece confirmar una de las previsiones de la tesis: la atenuación de las dificultades históricas para el desarrollo de estudios en epidemiología social, acompañada por claros signos de que la epidemiología y la salud pública comienzan a tomar seriamente en consideración los factores sociales y culturales. Esto se evidencia en la institucionalización de la disciplina, en una creciente producción científica especializada en países del norte, en la publicación de libros de texto, en la aparición de programas de posgrado en epidemiología social y estudios de salud interdisciplinarios, y en líneas de financiamiento para la investigación aplicada en salud que consideran dimensiones sociales y culturales. Paralelamente, desarrollos en las tecnologías de la comunicación y la computación y en técnicas herramientas de análisis de datos facilitan el acceso y el análisis de grandes cantidades de datos poblacionales. El contexto actual ofrece oportunidades nunca antes vistas para la inclusión de lo social