Riqueza
Por riqueza se entiende una cantidad de recursos más que sufi ciente, ya sea en forma de bienes o propiedades, o de crédito.
En algunas estructuras sociales, el acceso a los bienes y servicios sociales como la educación y la atención sanitaria se cuenta también como parte de la riqueza. En su habitual línea reduccionista, los economistas defi nen la riqueza como el saldo
del activo sobre el pasivo en un momento dado del tiempo.
Apenas resulta sorprendente la defi nición que de la riqueza
daba Aristóteles: “todo lo que el dinero puede comprar”. Hoy
es común que la riqueza se mida en términos de dinero, a
pesar de que el propio valor del dinero se mida en términos
de lo que este tiene capacidad de adquirir. Pero hay una consecuencia de la defi nición aristotélica que merece la pena señalar. Si la riqueza se mide por la cantidad de dinero, entonces
un hombre con un millón en el banco y un pasivo de mucho
menos de un millón es un hombre rico. Pero supongamos
que no compra nada con él, ni bienes ni servicios, ni placeres
ni pasatiempos. En ese sentido se encontrará exactamente
en la misma situación que un hombre sin nada en absoluto.
El que no gasta está igual que el que no tiene recursos para
gastar: los dos son pobres.
En cambio, un hombre que ahorre unos cuantos miles respecto a su pasivo, y que se los gaste en aquellas cosas que
hacen la vida más cómoda y agradable, será de hecho mucho más rico. Como esto sugiere, la verdadera medida de la
riqueza no es lo que se tiene, sino lo que se gasta.
En este sentido, pues, sin duda Aristóteles tiene razón, ya
que su defi nición viene a decir que, en la práctica, gastar es ganar. Pero incluso una idea tan satisfactoria como esta requiere
una matización, puesto que si el gasto se dedica meramente a la ostentación vacua, a hábitos autodestructivos, o a aquellas
cosas que hacen a la gente estúpida y dañina, entonces será de la peor especie: mero despilfarro, vergonzoso derroche.
Pero la defi nición de Aristóteles omite el hecho conocido y evidente de que hay algunas clases de riqueza —y de hecho
muchas de ellas— que no pueden comprarse con dinero. Así, puede comprarse la educación, pero no la inteligencia; puede
comprarse la ropa, pero no el estilo; puede comprarse cosméticos, pero no belleza; puede comprarse el sexo, pero no el amor.
Obviamente, el dinero puede comprar ayuda para conseguir amor y belleza; pero son estas cosas en sí mismas las que
constituyen la verdadera riqueza. Y la más profunda de las riquezas consiste en aquellas cosas que la mayoría de las personas dan por sentadas hasta que se pierden o se ven comprometidas: la vista, el oído, la movilidad, la salud en general, los
amigos, los seres queridos…
Histórica y culturalmente, la riqueza se ha entendido de formas notablemente similares. Un aspecto bastante común a
todas ellas es la abundancia de factores económicamente tan signifi cativos (y variados) como las vacas, la tierra, la renta
acumulada o los valores bursátiles. Otro es la posesión de bienes no esenciales como obras de arte, grandes casas, número
de esposas, concubinas o amantes, siendo cualquier clase de superávit en general un elemento indicador de riqueza,
que anuncia su posesión y confi ere grandeza a su propietario.
Grayling, A. C. (2010). El poder de las ideas. Claves para entender el siglo XXI. Barcelona: Ariel. pp. 433-435. (Fragmento).
Lean los siguientes textos y responde las siguientes preguntas
¿de que tema se trata el texto?
¿Qué opinión se defiende en el texto?
¿Qué usa como argumentos?
¿Qué tipo de argumento corresponde?
Respuestas
Damos respuesta a cada cuestionamiento propuesto, a partir de la lectura analizada:
¿De qué tema se trata el texto?
El texto aborda el significado de la riqueza, así como las diversas acepciones que se han desarrollado a lo largo del tiempo.
¿Qué opinión se defiende en el texto?
La opinión defendida en el texto es que la riqueza es relativa y subjetiva. Se ajusta a los paradigmas sociales, culturales y temporales de un grupo humano determinado.
Además hace énfasis en que la verdadera riqueza está vinculada al bienestar físico, emocional y mental.
¿Qué usa como argumentos?
Para exponer las ideas, el autor emplea definiciones postuladas por Aristóteles, así como de académicos en el área económica y las definiciones sociales.
¿Qué tipo de argumento corresponde?
Se emplea argumentos basados en la autoridad y basados en la mayoría.