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Este gran pensador del cristianismo que data del siglo IV y V y que retomóelementos de Platón, entre sus célebres obras podemos encontrar la ”Ciudad de Dios” y “Confesiones”.
Donde su obra denominada “Ciudad de Dios” nos muestra un argumento dirigido a los romanos, en donde se les decía o trabaja de enseñar como teníamos que vivir bajo este nuevo orden religioso.
Así mismo el autor habla de una ciudad de los hombres donde va a imperar principalmente la corrupción y el egoísmo, entre otras cosas, también nos expone que en esta ciudad y los que viven en ella se tienen que sujetar a tres tipos de leyes, sobre las cuales va a imperar su actuar, estas tres leyes serán: la ley natural, la cual surge a partir del libre albedrío y por lo tanto todas las cosas lo tienen, la ley eterna, la cual es la propia la voluntad de Dios, y que la cual surgió desde el inicio hasta el fin de los tiempos, por lo cual podemos decir que es una ley inmutable, y que como consecuencia de esto, no se modifica.
Dios crea a los hombres y los dota de libre albedrío y es así que podemos concluir que Dios nos da la libertad de elegir cómo queremos vivir, lo cual solo va a depender de nosotros mismos y de nuestra existencia, del mismo modo que dependerá de las circunstancias en las que nos encontramos, a lo que cabría decir que de igual forma nosotros mismos somos quien decidimos ubicarnos o no en ese supuesto con esas características las cuales nos harán tomar o decidirnos por una elección la cual puede que llegue a formar parte fundamentan en nuestra vida, pero algo que aclara San Agustín es, que el hecho de nosotros podamos elegir una determinada decisión o una opción en específico no nos va librar de las consecuencias que traiga consigo la elección que hayamos hecho.
por ende el sentido de la vida lo damos nosotros mismos, San Agustín nos abre la puertas y la luz al decir que cada uno según la palabra de Dios tiene pleno control en su vida, si su causa o proyecto es espiritual su sentido de la vida, renacerá d la fe