Con la desintegración de la URSS, ¿Qué país fue el que lideró el nuevo orden político mundial y qué organizaciones fueron creadas para una nueva economía?
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Respuesta
U-U
La historia de la URSS desde 1985 hasta 1991 es la de su progresiva desaparición como Estado. El colapso de la Unión Soviética, que le llevó a desmembrarse en una multitud de Estados, comenzó a principios de 1985 y finalizó con la desaparición de la propia Unión.
Tras décadas de desarrollo militar soviético conseguido en detrimento del desarrollo de la economía doméstica, el crecimiento económico llegó a un punto muerto. Los fallidos intentos de reforma, una economía estancada y la guerra de Afganistán fueron provocando un progresivo sentimiento general de descontento, especialmente en las Repúblicas Bálticas y en el Bloque del Este. Las reformas políticas y sociales más profundas, llevadas a cabo por el último líder de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, y denominadas perestroika y glásnost, crearon una atmósfera de crítica abierta al régimen de Moscú. La dramática caída del precio del petróleo en 1985 y 1986, y la consecuente falta de divisas que debían utilizarse en la compra de grano en los siguientes años influyó profundamente en la actuación de los líderes soviéticos.1 Algunas Repúblicas Socialistas Soviéticas empezaron a resistirse al poder central de Moscú, al calor de la relativa democratización. El déficit comercial amenazaba las arcas de la Unión, acercándola a una posible situación de quiebra debido al colapso económico de la Unión Soviética.
La Unión Soviética colapsaría finalmente en 1991. Tras el fallido golpe de Estado de agosto, los acontecimientos se precipitarían. Gorbachov acabaría dimitiendo el 25 de diciembre,2 y el Soviet Supremo reconocería al día siguiente la extinción de la Unión,3 disolviéndose y asumiendo Rusia los compromisos y la representación internacional del desaparecido Estado.2
Explicación:
La disolución de la Unión Soviética o la disolución de la URSS (en ruso Распа́д Сове́тского Сою́за, romanización Raspád Sovétskogo Soyúza)1 fue la desintegración de las estructuras políticas federales y el gobierno central de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que culminó con la independencia de las quince Repúblicas de la Unión Soviética entre el 11 de marzo de 1990 y el 25 de diciembre de 1991. El Tratado de Belavezha (en ruso, Беловежские соглашения, en bielorruso, Белавежскія пагадненні, en ucraniano, Біловезькі угоди) fue un acuerdo internacional firmado el 8 de diciembre de 1991 por los presidentes de la RSFS de Rusia, RSS de Ucrania y RSS de Bielorrusia (Borís Yeltsin, Leonid Kravchuk y Stanislav Shushkévich, respectivamente) en la reserva natural de Belovézhskaya Puscha.2 La firma del Tratado fue comunicada por teléfono al presidente de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov por Stanislav Shushkévich.345 Estos acuerdos declaran la disolución oficial de la URSS poniendo fin a la vigencia del Tratado de Creación de la URSS y el establecimiento de estados en las antiguas Repúblicas de la Unión Soviética. La disolución del Estado socialista más grande del mundo también marcó el fin de la Guerra Fría.6
En resumen, en 1991 la Unión Soviética, que era la superpotencia del bloque socialista, se derrumbó económica y territorialmente debido a las reformas (Perestroika) llevadas a cabo por Mijaíl Gorbachov a la vista del colapso económico de la Unión Soviética que consistían en pasar rápidamente de una economía planificada socialista para convertirse en una economía de mercado libre similar a China, a las cuales se oponía la parte más conservadora del Partido Comunista. Este rápido intento de transición provocó la dislocación de todo el entramado industrial y agrícola de la URSS, el país virtualmente se paralizó, la inflación se disparó y aumentó la pobreza y las consiguientes protestas sociales se canalizaron a través del nacionalismo.6
La desintegración de la Unión Soviética está claramente relacionada con el contexto surgido tras el fin de la Guerra Fría y la disolución de otros países del bloque oriental como la disolución de Yugoslavia y la disolución de Checoslovaquia.7 A diferencia de Checoslovaquia, no fue una disolución totalmente pacífica y prueba de ello es la existencia todavía de conflictos latentes como los de Abjasia, Osetia del Sur, Nagorno Karabaj, Transnistria, Chechenia, o Crimea. Pero a diferencia de Yugoslavia, tampoco degeneró en una guerra abierta como fueron las Guerras Yugoslavas.