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Respuesta:
El Departamento del Chocó, al norte de Colombia, es un territorio rico en recursos naturales, sus pobladores viven entre la pobreza y la violencia del conflicto armado de su país
El departamento de Chocó, lugar en donde se desarrollan las operaciones que deben concluir con la entrega del General Alzate Mora, retenido por las FARC-EP, es uno de los territorios de Colombia mas afectados por la pobreza y la desigualdad, a pesar de ser uno de los parajes de mayor riqueza y diversidad ecológica del territorio neogranadino.
Ubicado al norte del país, Chocó tiene costas en el océano pacífico y en el mar Caribe. El territorio, fronterizo con Panamá, comprende las selvas del Darien y las cuencas de los ríos Atrato y San Juan; y es considerado uno de los sitios con mayor pluviosidad en el planeta.
En el departamento residen unos 480 mil habitantes (DANE- Colombia). De ellos, 74 por ciento se reconoce como afrocolombiano, 11 por ciento indígenas (pueblos Embera, Embera Katío, Embera Chamí, Tules o Cunas y Waunaán) y una minoría blancos. 40,8 por ciento de la población es menor de 15 años (a nivel nacional 30,1 por ciento) y el 14,2 por ciento menor de 5 años, la mayor proporción de niños del país.
Primer contraste: una región rica, una población en la pobreza
Chocó aporta el 61 por ciento de la madera que se produce en Colombia, además cuenta con ricos yacimientos de oro, plata y platino. Es el segundo departamento que explota oro en el país; según el Sistema General de Regalías, su producción alcanzó los 8.064.180 de gramos y dejó recursos por cerca de 13 millones de dólares (2014).
Esta riqueza se ha entregado mediante concesiones a las multinacionales, política desarrollada en el contexto de la llamada Locomotora Minera. Las beneficiarias han sido: Votorantim Metais, la Anglo Gold Ashanti, Corporación de Exploraciones Chocó Colombia y de Cordillera, Muriel Mining Corporation, Rio Tinto Mining and Exploration Colombia, Anglo American Exploration Colombia, Bailey Minerals NL, Condoto Platinum Limited, Gold Plata Ressources, Continental Gold, Proyecto Coco Hondo, Grupo Bullet., Votorantin Metais Col., Minerales del Darién, Tao Minerals, Samaranta Mining Corporation y Corporación Minera de Colombia.
Explicación:
De hecho, el país es uno de los más ricos en agua. Nuestros ríos producen
anualmente 50.000 metros cúbicos por persona, los de Alemania 2.000 y los de
lugares tradicionalmente secos, como Egipto, apenas 1.000. Sin embargo, el
desperdicio de agua en redes de distribución en Colombia es muy alto: 48% de lo
que se captura en la fuente de agua se pierde.
Esta una cifra preocupante si se tiene en cuenta que la tasa aceptable de pérdida
está entre el 10% y el 20%. La ley colombiana establece un tope de pérdida del
30%, lo que indica que existe un desfase del 18%.
Colombia está atravesando por un momento clave. ¿Tienen relación el agua y el
posconflicto?
Este conocimiento lo podemos utilizar para el posconflicto. Muchos temas que se
tocan tienen que ver con diseñar sistemas de abastecimiento de agua y redes de
distribución optimizados desde los costos. Metodologías que permitan que con la
misma inversión estatal se logre un mayor cubrimiento a la población. Es decir,
inversión eficiente del Estado. También se estudia la calidad de agua una vez sale
de las plantas para evitar deterioro en la distribución. Y el uso eficiente de agua…
Que en Colombia está muy mal porque se pierde cerca del 50% del agua...
Los sistemas de agua potable en Colombia y América Latina son muy ineficientes
porque se pierde buena parte del agua que se capta en las fuentes. En el caso
colombiano ese número puede llegar al 42% o al 45%. En algunas ciudades
incluso tenemos ineficiencias muy altas donde se pierde el 60% y 70% del agua
captada en la fuente. Las metodologías ayudan a que Colombia disminuya esa
pérdida de agua.
¿Cómo le llega este conocimiento a las comunidades? Insisto: ¿Cómo sirve para el
posconflicto?
A través de programas de diseño de nuevas metodologías de potabilización y
nuevos softwares. Parte de lo que tendrá que hacer el Estado ante esta situación
es subir el cubrimiento de agua potable y saneamiento básico a cifras mayores. Si
bien hemos progresado muchísimo en términos de abastecimiento de población
urbana, en la parte rural estamos atrasados con respecto a las metas que nos
habíamos trazado como país para el milenio.