EL GRAN ESCAPE - (...) Mis abuelos me contaban que antiguamente mis predecesores vivían a orillas del majestuoso Mantaro, pero el hombre hizo de sus aguas cristalinas las más negras. Los de más arriba, contaban que los hombres vertían líquidos venenosos en el río. Había que irse de allí o morir. Muchos no quisieron abandonar su hogar y perecieron, mis abuelos huyeron al río en donde vivíamos hasta el ataque de esa mañana. Nadé, caminé y me arrastré toda aquella mañana contra la corriente, poco a poco el agua se puso fría. Entonces, salí a tomar sol, pues mi cuerpo se estaba entumeciendo. Había muchas piedras calientes que saludaban al sol. Era medio día. Me subí a una piedra. Lloré desconsoladamente. No tenía un hogar ni a nadie en quien confiar. La rana deja caer algunas gotas de lágrima sobre la gran piedra en donde se soleaba. La piedra le hacía recordar los momentos más difíciles de su vida. - Sobre la piedra, me quedé dormido, sin reparar que una gran ave carnívora me estaba observando. De pronto, siento entre sueños, un frío que me hace crispar la piel. Algo me sujeta el vientre con fuerzas. Abro los ojos, hay una montaña blanca, blanquísima debajo de nosotros. Estoy en las garras de un águila. No tengo más remedio. La muerte se abalanza sobre mí. Cruzamos el nevado, cruzamos lagunas, un pequeño pueblo de hombres apareció ante nosotros. El águila no se detuvo. Iba en silencio, mirando detenidamente al frente. En su rostro se dibujaba el triunfo. Era joven y fornido. No intenté zafarme de sus garras, no iba a lograrlo; si lo conseguía moriría al caer de esa gran altura. - ¿Y no le dijiste nada? ¿No le suplicaste misericordia? ¿Qué pasó? - Ahora te cuento – calmó a Gandhi – pensé que el carnívoro no se detendría jamás. Pasamos otra población de humanos más y apareció un río ante nosotros. El águila se detuvo en la ribera, me soltó. - Di tu última voluntad, antes que te coma – me dijo victorioso, el carnívoro. Sabía que de todos modos iba a ser devorado. Estaba asustado y tiritando con el frío. - Deseo que acabe con mi existencia rápidamente, señor águila. – Dije con desesperación. - ¿Qué dijiste? – se empalideció de confusión el águila. Supongo que aquello no era lo que él esperaba como respuesta. - Tal como lo oyó, acabe conmigo. Pero no me haga sufrir, ya he tenido suficiente con todo lo que me ha pasado. – lloré con una ternura inefable.

Respuestas

Respuesta dada por: maricciello
0

Respuesta:

QUE SE DEBE HACER'???

Explicación:


Anónimo: silabear
Anónimo: todo ese
maricciello: QUE
Preguntas similares