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Respuesta:
Versión larga de una contribución preparada para el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica en agosto de 2017.
Estamos experimentando un período de gran agitación e incertidumbre. Un período de fuertes contradicciones que estructuran el campo de posibilidades y que confirma que el futuro no está predeterminado.
Tres comentarios antes de una reflexión sobre Europa
Comprender Europa no es solo un retorno a su pasado. La historia está escrita desde el presente, desde las preguntas que surgen hacia el futuro, vamos hacia el pasado para ayudar a comprenderlas. Se trata de partir de los desafíos que enfrenta el mundo y del papel que podrá desempeñar Europa.
Europa no se reduce a la Unión Europea. Se enfrenta, más allá de los aspectos institucionales, a una redefinición de la política local, nacional y global; y a pensar el lugar de las grandes regiones en la organización del mundo.
Nuestra pregunta principal se refiere a la construcción de un movimiento social europeo. Este método, que favorece el punto de vista de los movimientos sociales y a ciudadanía, es parte del enfoque del movimiento antiglobalización.
Contradicciones y desafíos
Las crisis financieras de 2008 confirman la hipótesis del agotamiento del neoliberalismo y la fragilidad del capital financiero. Las políticas para la salida de la crisis, el endeudamiento y los planes de austeridad posteriores a la crisis han exacerbado las desigualdades y la desconfianza sobre estas políticas. La toma de conciencia ecológica, confirmada por el calentamiento global, la disminución de la biodiversidad, la contaminación global, confirma los límites del capitalismo y el productivismo. Las hipótesis se basan en el agotamiento del capitalismo como un modo de producción hegemónica. Comprendiendo que lo que sigue al capitalismo no será necesariamente justo y equitativo; la historia no está escrita y no es lineal.
Desde que el neoliberalismo se impusiera a fines de la década de 1970, no han faltado acontecimiento y rupturas. Recordemos la implosión de la Unión Soviética, la nueva estrategia estadounidense después de los ataques en Nueva York en 2001, la desestabilización de Medio Oriente a partir de las guerras en Iraq, ... el mundo está totalmente en crisis.
A partir de 2011, los movimientos cuasi insurreccionales de ocupación de las plazas dan testimonio de la respuesta de los pueblos al dominio de la oligarquía. En docenas de países, millones de personas han ocupado calles y plazas públicas. A partir de 2013, la arrogancia neoliberal toma el mando y confirma las tendencias que surgieron a fines de la década de 1970. Se reafirman las políticas dominantes de austeridad y ajuste estructural. La desestabilización, las guerras, la represión violenta y la instrumentalización del terrorismo se imponen por todos lados. Las corrientes ideológicas reaccionarias y los populismos de extrema derecha se vuelven cada vez más activos. El racismo y el nacionalismo extremo alimentan las protestas contra los extranjeros y los migrantes. Toman formas específicas como el neoconservadurismo libertario en los Estados Unidos, las diferentes extremas derechas y diversas formas de nacionalsocialismo en Europa, el extremismo yihadista armado, las dictaduras y las monarquías petroleras, el hinduismo extremo, etc. Pero a medio plazo, nada está resuelto todavía.
La situación no se reduce al aumento de posiciones derechistas; está marcada por la continuidad de las contradicciones. La dimensión económica y financiera, la más visible, es una consecuencia que se refleja en las crisis abiertas, alimentarias, energéticas, climáticas, monetarias, etc.
Explicación:
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