Respuestas
Respuesta:
El proceso artístico no queda consumado hasta que los espectadores reciben y animan las obras. Así pues, el destino de éstas varía en virtud de como se lleva a cabo la recepción y de las vicisitudes derivadas de los cambiantes criterios interpretativos.
La recepción depende tanto de las condiciones internas del espectador, es decir, imputables a la actitud psicológica de éste, como de las externas, entre las cuales destacan las espaciales y las temporales. La obra y el espectador entablan un simulacro de juego determinado por la posición que la primera ocupa en el espacio y los movimientos físicos que el segundo se ve forzado a realizar para captarla en las condiciones óptimas. Los frisos pictóricos o en relieve de los templos egipcios, las cariátides de la Acrópolis ateniense, los tímpanos escultóricos de los portales medievales o las composiciones escenográficas del Barroco se insertaban en un espacio arquitectónico o urbano.