• Asignatura: Historia
  • Autor: nahuel549
  • hace 6 años

Imagina que eres un/a reportero/a de los EE.UU ( por lo tanto no viste la guerra llevarse a cabo en tu país) y te envian Europa, al campo de batalla, para que realices una que informe a los lectores sobre cómo es la guerra.

(realizar informe sobre la guerra)​


thomasalejandro2406: tiene q ser muy largo?

Respuestas

Respuesta dada por: elioamaya1970
1

Respuesta:

La tarjeta de presentación del TNI como un colectivo de activistas e investigadores queda

totalmente confirmada con los ensayos que aparecen en esta oportuna compilación, hábilmente

editada por Achin Vanaik. El volumen llega en un momento en que se habla mucho sobre el declive

del poder estadounidense, de su alcance imperial, de Iraq como del Vietnam del siglo XXI y sobre

el auge de China.

Sólo aquellos ojos cegados por el prejuicio pueden no ver la catástrofe que representa el Iraq de la

postocupación. Y como algunos de nosotros ya comentamos en su momento, la ocupación de

Afganistán iba a desencadenar una resistencia de algún tipo. Eso también está pasando ahora, y las

fuerzas ocupantes de la OTAN se ven sometidas a ataques diarios. A este lúgubre panorama se

podría añadir también la debacle en el Líbano, donde la ofensiva israelí contra el país –concebida

para transformarlo en un protectorado al estilo jordano– no consiguió su objetivo debido

únicamente a la resistencia organizada por Hezbolá.

Estos reveses influirán de forma distinta en los países que lanzaron las guerras y las ocupaciones,

¿pero qué nos dicen sobre el declive del poder estadounidense? Muy poco. La idea de que estos

fracasos, de por sí, conducirán a un imperio escarmentado a abandonar su papel en el mundo no es

más que una ilusión. Ya sabemos que siempre que Occidente envía tropas de tierra para ocupar un

país, se hace vulnerable a las fuerzas de resistencia. En el siglo pasado, Vietnam fue la derrota que

más dolió en Washington y puso freno a las aventuras imperiales durante un tiempo. Incluso

después de aquella derrota político-militar, los Estados Unidos salieron triunfantes: construyeron

una alianza con China y ayudaron a la Unión Soviética a desmoronarse.

¿Y qué hay de la economía estadounidense? Que es una realidad estructuralmente débil es algo que

reconocen incluso sus partidarios, pero ni siquiera una crisis económica significa el fin automático

del imperio. En una entrevista con el diario Manchester Guardian realizada en 1931, el dirigente

soviético en el exilio León Trotsky explicaba cómo en 1928 les había dicho a sus camaradas de

Moscú que aunque la crisis económica en los Estados Unidos se estaba profundizando,

no hay absolutamente nada que justifique la conclusión de que ello restringirá o debilitará la

hegemonía de Norteamérica. Semejante conclusión daría lugar a los más groseros errores

estratégicos.

Es justamente al revés. En un período de crisis, Estados Unidos ejercerá su hegemonía de manera

más completa, descarada y brutal que en un período de auge.

En el mundo globalizado de hoy esta afirmación es, si cabe, aún más cierta. Es cierto que China es

la nueva fábrica del mundo. La distribución de las rentas en ese país es más desigual que en los

Estados Unidos. China no tiene que preocuparse por los derechos de los trabajadores dado que no

hay sindicatos dignos de ese nombre. Es cierto que, para 2010, la economía china tendrá unas

dimensiones que duplicarán a la alemana (en estos momentos la tercera del mundo) y poco después

superará muy probablemente a Japón, pero ese hecho no desembocará de forma instantánea en

contradicciones interimperiales. En primer lugar, porque China no es una potencia imperial. En

segundo, porque su economía, hasta la fecha, depende tremendamente del mercado estadounidense.

Explicación:

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