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La sociedad adulta espera y exige a sus jóvenes y adolescentes que sean responsables con su vida sexual coital, sin embargo se comportan irresponsablemente en la manera como asumen la educación sexual. Los adultos suponen que con "la pedagogía del NO" y el "terrorismo sexual" sería suficiente para lograr una sexualidad responsable. La prohibición ha sido insuficiente para ejercer control sobre la conducta sexual de los jóvenes y mucho menos para formarla. La familia y la escuela no forman intencional y sistemáticamente la sexualidad. La mayor parte de los adultos dicen a sus hijos que tengan cuidad pero o enseñan como tenerlo. La escuela y la familia aún sigue formando la sexualidad con un esquema supresivo y preventivo: "mira todo lo malo que puede ocurrir si tienes sexo coital". En este trabajo se analiza las agendas sexosóficas de las políticas de educación sexual basadas "solo" en abstinencia y postergación. Se analiza con datos estadísticos de los países desarrollados la ineficacia de estas políticas. Se propone la formación en autonomía. Se cuestiona el papel irresponsable de la familia y la escuela. La misión de la familia, la escuela, el estado y la sociedad sería brindar todos los repertorios en conocimientos, valores, actitudes y habilidades para que en forma autónoma puedan iniciar responsable y constructivamente su vida coital, en el momento que cada cual lo considere, antes o después del matrimonio. Mientras se siga evitando hacer una educación sexual abierta, basada en la verdad, centrada en la promoción de valores y actitudes para una sexualidad responsable, realizante y constructiva, no se podrá esperar que las futuras generaciones tengan una salud superior a la que han tenido las generaciones anteriores.
Palabras claves: sexualidad adolescente, educación sexual, salud sexual adolescente, sexualidad responsable, educación sexual familiar.
Una de las mayores preocupaciones que tienen los adultos respecto a la juventud se relaciona con la forma como están viviendo su sexualidad y los efectos de esta sobre su salud sexual. La familia, la escuela, el estado y la sociedad en general esperan que los jóvenes sean "responsables" con su sexualidad. No sólo lo esperan, también lo exigen. Sin embargo es evidente la "irresponsabilidad" con la cual los adultos asumen sus funciones en la educación sexual. Paradójicamente la sociedad adulta pretende, a partir de "una educación sexual irresponsable", que la juventud y la adolescencia "vivan responsablemente la sexualidad". Es fácil para los adultos señalar la irresponsabilidad de la juventud en su sexualidad, pero muy difícil para ellos señalar y asumir la propia irresponsabilidad respecto a la educación sexual.
Las estadísticas relacionadas con la sexualidad de los adolescentes de ayer, es decir la de los adultos de hoy, son muy parecidas a la de los adolescentes de hoy. En los talleres realizados con adultos sobre sexualidad y educación sexual hemos detectado que entre un 50% y 80% de la población participante habían tenido relaciones coitales antes del matrimonio, una gran mayoría de ellos, al igual que los adolescentes de hoy, no habían usado algún método para protegerse de un embarazo en sus primeras relaciones coitales y una proporción similar a la de los jóvenes de hoy también abortó. Igualmente, los padres de estos adultos, en su momento, no se enteraron de las relaciones sexuales, tal como también está sucediendo con una buena proporción de los adolescentes y jóvenes de hoy. Esto indica que la historia de "la sexualidad irresponsable" producto de "una educación sexual irresponsable" continua repitiéndose.
Para los adultos es difícil asumir la sexualidad coital y no coital en la edad adolescente, algunos preferirían que no tuviesen experiencias y relaciones sexuales, otros suponen que NO las tienen, aunque sospechan que SI, prefieren no saber sobre eso y se hacen los locos; otros adultos pretenden que la juventud lleve, si así lo deciden, una vida sexual, pero responsable. Podríamos afirmar que la ideología adulta tradicional y todavía imperante en nuestra sociedad es educar a la juventud para que no tenga relaciones sexuales antes del matrimonio.
La mayor parte de las familias y las escuelas educan basadas en el "terrorismo sexual" y en la "pedagogía del NO", los métodos típicos en la educación sexual tradicional han sido señalar "todos los males" y "peligros" que pueden ocurrir si se tiene relaciones sexuales coitales. La juventud es objeto muchas veces de frases intimidatorias: "cuidado te me embarazas", "no la vayas a embarrar", "cómo me traigas un embarazo te mato", "mira lo que haces", etc. La pedagogía del NO y el terrorismo sexual han sido el fundamento de una educación sexual centrada en la postergación y la abstinencia sexual alimentada, por supuesto, de una concepción negativa, represiva, maniquea y condenatoria de la sexualidad.