• Asignatura: Religión
  • Autor: gordianotlv
  • hace 6 años

que te impide cultivar tu espíritu?

Respuestas

Respuesta dada por: adrysbaquen
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Respuesta:

CULTIVAR EL ESPÍRITU

El espíritu de un ser humano tiene poco que ver con su capacidad intelectual y, menos aún, con sus éxitos en el campo académico o profesional. Admirar la belleza, sentirse feliz y agradecer y corresponder ante una muestra de afecto, ayudar a alguien que lo necesita, expresar sentimientos y emociones, aunque no sea verbalmente, sentirse estimado, conseguir un objetivo con tesón y paciencia, atisbar la trascendencia... Son realidades que conforman a un ser humano con independencia de su coeficiente intelectual. Son realidades que, en su conjunto, conforman el bienestar del espíritu, a cuyo logro cualquier ser humano tiene tanto derecho como al del bienestar físico o económico. Alimentar y cultivar ese bienestar del espíritu es tan importante como el cuidar todos los demás aspectos de la vida de una persona.

Las personas con síndrome de Down son plenamente capaces de experimentar el bienestar de su espíritu. Pero con frecuencia pueden sentirse como si fuesen invisibles, como si nadie atendiera a sus necesidades espirituales. No prestamos atención a la vida de su espíritu, y a veces incluso la perturbamos por nuestra incapacidad de reconocer lo que el individuo está experimentando, por mucho que le amemos.

El síndrome de Down no niega la capacidad de experimentar, por ejemplo, alegría, amor, pérdida, duelo, tristeza, capacidad de superación, entrega a una causa justa, el deseo de compartir y formar parte de una familia amorosa; sentimientos todos ellos que son comunes a toda la humanidad. El reconocer y el respetar estas experiencias son fundamentales a la hora de promover el desarrollo del bienestar espiritual. Los sentimientos de las personas con síndrome de Down son críticamente importantes. Son éstos los aspectos que les proporcionan un enlace con otras necesidades de su vida y nos ayudan a comprender el bienestar del individuo desde una perspectiva globalizadora.

Las personas con síndrome de Down varían extraordinariamente en sus facultades y habilidades. Cada persona, con independencia de su habilidad, tiene necesidades emocionales complejas; algunas muestran pobreza en su habla pero comprenden una gran variedad de temas; algunas pueden estar gravemente discapacitadas pero necesitan saber quiénes y qué son. Otras pueden tener grandes facultades y, por ejemplo, van a la universidad, tienen empleo, tienen pareja, se casan.

Evidentemente cada etapa de la vida tiene sus propias necesidades, pero la persona, su yo con sus características individuales, se manera de ser o temperamento, es la misma. Por eso el bienestar de su espíritu debe ser cultivado desde la misma infancia. El mismo interés que ponemos en desarrollar su bienestar físico y sus aprendizajes académicos, hemos de poner en cultivar sus cualidades, sus virtudes, la calidad de sus sentimientos, la percepción de la trascendencia si estamos familiarizados con ella, la expresión de sus cualidades artísticas. Porque ellas van a constituir la base de su más intima autoestima.

Hemos de aprender a descubrir la realidad de su espíritu, a profundizar en su interior, a promover su expresión, desde el más delicado respeto. Convencidos de que el suyo es igualmente rico en contenidos aunque, quizá, menos visible y más fácilmente vulnerable.

Explicación:

espero te ayude :D

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