¿la crónica el carnero? alguien me puede hacer el favor de escribirme un pequeño resumen de la crónica el carnero
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El Carnero es una crónica histórica y también un breviario de brujería, una antología de cuentos picarescos, una diatriba misógina escrita por un párroco prevolteriano en una ensimismada ciudad de los Andes sudamericanos llamada Santafé de Bogotá. Juan Rodríguez Freyle muestra cómo en el agua de los lebrillos podía saberse de las andanzas adulterinas de los maridos descarriados y cómo un sacerdote homicida veía teñirse de rojo la hostia en el momento de la elevación. Pero la inexhausta maravilla del libro no reside sólo en los prodigios de una cultura mestiza, con sus ancestros indígenas, español y negro, sino en la fuerza que con un lenguaje anacrónico, pero vivo, recrea un mundo en permanente trance de aventura, de fusión y cambio. Al buscar El Dorado se proseguía la conquista, pero este párroco zumbón y entrañable, que participó en tantas aventuras frustradas, terminó por encontrar su tierra de promisión en las páginas de un libro que hoy, tantos siglos después, cobra aun más valor, y parece llenarse de nuevos y vigorosos contenidos imprevistos.
La introducción es de R. H. Moreno Durán, escritor colombiano, y la transcripción es de Delia Palomino Urbano, Archivera-Paleógrafa Catedrática de la Universidad de Tunja.
Respuesta:
El Carnero es una crónica histórica y también un breviario de brujería, una antología de cuentos picarescos, una diatriba misógina escrita por un párroco prevolteriano en una ensimismada ciudad de los Andes sudamericanos llamada Santafé de Bogotá. Juan Rodríguez Freyle muestra cómo en el agua de los lebrillos podía saberse de las andanzas adulterinas de los maridos descarriados y cómo un sacerdote homicida veía teñirse de rojo la hostia en el momento de la elevación. Pero la inexhausta maravilla del libro no reside sólo en los prodigios de una cultura mestiza, con sus ancestros indígenas, español y negro, sino en la fuerza que con un lenguaje anacrónico, pero vivo, recrea un mundo en permanente trance de aventura, de fusión y cambio. Al buscar El Dorado se proseguía la conquista, pero este párroco zumbón y entrañable, que participó en tantas aventuras frustradas, terminó por encontrar su tierra de promisión en las páginas de un libro que hoy, tantos siglos después, cobra aun más valor, y parece llenarse de nuevos y vigorosos contenidos imprevistos.