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La violencia contra las mujeres no es un delito anecdotico. Sólo en nuestro país son decenas de miles las que sufren maltrato y siguen sometidas a todo tipo de amenazas sin atreverse a denunciarlo, excesivo el número de procesados y demasiados los condenados por delitos contemplados en la Ley Integral contra la Violencia de Género.
La Ley llama «violencia de género» a la que ejercen hombres contra mujeres con las que mantienen o han mantenido un vínculo afectivo de cierta duración. Hombres que creen que la educación quehan recibido los legitima —aunque sepan que la ley los condena— para usar la violencia con el fin
de conseguir que la mujer se comporte de acuerdo a como ellos creen que debe hacerlo una mujer.
Hombres que usan distintos grados de violencia psicológica (órdenes, gritos, insultos, amenazas)
o que la combinan con diferentes niveles de violencia física y sexual, pero siempre con el mismo
objetivo: educar o reconducir a la mujer. Hombres que viven el asesinato de sus victimas como
resultado del fracaso para someterlas. Seguramente preferirían seguir dominándolas toda la vida,
pero las matan cuando comprueban que ellas están dispuestas a conseguir la libertad a pesar de
todas sus violencias. Por eso en más del 80% de los casos el crimen se comete en el trascurso de
un proceso de separación iniciado por ella. La denuncia no suele ir acompañada de un aumento del
maltrato. Con la denuncia es frecuente que baje la violencia porque ésta basa la impunidad en el
secreto. Cuando se ven descubiertos y cuestionados social mente, los agresores suelen controlarse
más. Es la separación la que puede dar lugar a más violencia, porque implica que la mujer busca
escapar a su control. Si los agresores ven que sus victimas están controladas suelen mantener la
calma, pero en el momento de la separación el auto control puede dejar de tener sentido.
El maltrato, la agresión sádica, repetida y prolongada, suele producirse en situaciones en las que
la víctima es incapaz de huir y ésta es una circunstancia que se da con mucha frecuencia en la
intimidad de la familia, porque el hogar es la esfera más oculta de las relaciones interpersonales
y los malos tratos en el matrimonio no han sido criticados desde un punto de vista social hasta
fechas muy recientes, salvo cuando se llegaba a situaciones muy conflictivas.
Consagrada como el ámbito de lo privado y protegida por no pocos principios culturales y jurídicos que imponían la subordinación de la mujer al hombre (y de los niños y niñas a sus mayores),
la familia ha facilitado el sometimiento de la mujer a los deseos del marido o compañero.
La dependencia económica tradicional, la emocional, la menor fuerza física de las mujeres (y menores) y que haya sido considerada propiedad del cabeza de familia, sin ninguna consideración al
respeto por los derechos individuales, ha propiciado que éste se creyera legitimado y se sintiera 84 protegido social-mente para disponer de sus vidas y sus cuerpos. Tanto es así que las mujeres tenemos muchas más posibilidades de ser o haber sido maltratadas física o psicológicamente
por alguien querido, por ser un miembro de nuestra propia familia.
Respuesta:
las mujeres sienten un fuerte rechazo por la parte del hombre.
¿por qué?: el hombre se siente el sexo más fuerte e importante por la parte de estos 2 sexos, el hombre se siente capas mientras que hacen a un lado a las mujeres que también pueden ser capaces.
las mujeres sufren más violencia por que son el sexo débil.
Saludos wilmer.