• Asignatura: Religión
  • Autor: sanchezchinguelhenry
  • hace 6 años

que esta describiendo el autor en el apocalipsis 7-9-19

Respuestas

Respuesta dada por: aaeeortega
1

Respuesta:

En capítulo 5, Juan (autor de este libro) tuvo una visión “del que estaba sentado sobre el trono,” con un libro de pergamino sellado con siete sellos (5:1). Los sellos estaban hechos de cera o de barro, pegados de tal manera para prevenir que el documento se pudiera abrir sin romper el sello. Estos sellos le concedían al documento cierta medida de protección, porque cualquiera que tratara de forzar el documento tendría que romper los sellos primero.

Los sellos tenían impreso el anillo de autoridad, dándole al documento la autoridad de quien lo selló.

“Simbólicamente, las personas eran selladas por Dios o por el Espíritu para marcar la autoridad de Dios sobre ellas (2 Corintios 1:22; Efesios 1:13; Apocalipsis 7)” (Drinkard, 141).

Como veremos en capítulo 6, este pergamino contiene los secretos del futuro. El Cordero abrirá los sellos uno por uno, revelando eventos que los sellos antes escondían.

Un ángel preguntó, “¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos?” (5:2). Nadie en la tierra era digno, y Juan comenzó a llorar de desesperación. Pero un anciano dijo, “No llores: he aquí el león de la tribu de Judá, la raíz de David, que ha vencido para abrir el libro, y desatar sus siete sellos” (5:5).

Entonces Juan vio “un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra” (5:6). Cuando el Cordero tomó el libro, los veinticuatro ancianos y las cuatro criaturas vivientes cantaron un himno exaltando los méritos del Cordero que le autorizaban para abrir el pergamino.

“porque tú fuiste inmolado,

y nos has redimido para Dios con tu sangre,

de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,

y reinaremos sobre la tierra” (5:9-10).

Entonces una multitud de ángeles siguió con el canto (5:11-12) – y Juan oyó “á toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás” (5:13). Capítulo 5 termina con los cuatro animales diciendo “Amén” y los ancianos inclinándose para alabar al Cordero (5:14).

Capítulo 6 muestra el Cordero abriendo los primeros seis de los siete sellos. Aunque generalmente no se podría ver el contenido de un pergamino hasta romper todos los sellos, el libro de Apocalipsis parece más una obra poética que prosa, y la revelación progresiva según se van rompiendo los sellos conlleva licencia poética.

• El abrir de los primeros cuatro sellos reveló cuatro jinetes enviados para presentar sentencias que iban aumentando en severidad: Estas eran conquistar (6:2), eliminar la paz de la tierra (6:4), hambruna (6:6), y matar (6:8).

• El abrir del quinto sello reveló “las almas de los que habían sido muertos por la palabra de Dios” (6:9), que clamaban por justicia (6:10). Se les dijo que descansaran un poco más, porque pronto habría más mártires acompañándoles (6:11).

• El abrir del sexto sello reveló una serie de cataclismos – terremotos, el sol ennegreciéndose, una luna como la sangre, estrellas que caían, un cielo que desaparecía, montes e islas eliminados (6:12-14). Entonces todos en todas partes, desde los más altos reyes hasta los más bajos de los esclavos, clamaban para que los montes cayeran sobre ellos y les protegieran de la ira del Cordero (6:16) – “Porque el gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?” (6:17).

Capítulo 7 se divide en dos partes:

• La primera parte (7:1-8) toma lugar en la tierra, y representa los ciento cuarenta y cuatro mil que fueron “señalados de todas las tribus de los hijos de Israel” (7:4).

• La segunda parte (7:9-17) constituye nuestra lectura del leccionario. Toma lugar en el cuarto del trono celestial, y representa un evento futuro que busca la respuesta a la pregunta, “¿quién podrá estar firme?” (6:17).

Surgen dos preguntas: ¿Quiénes son los ciento cuarenta y cuatro mil (7:1-8), y ¿quién es la gran multitud (7:9-17)? Aunque no podemos estar seguros, parece que los ciento cuarenta y cuatro mil son mártires y que la gran multitud está compuesta de cristianos “de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas” (7:9).

VERSÍCULOS 9-10: UNA GRAN COMPAÑÍA QUE NADIE PODÍA CONTAR

9Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos; 10Y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación á nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero.

Respuesta dada por: danii1980
0

Respuesta:

Explicación:

n capítulo 5, Juan (autor de este libro) tuvo una visión “del que estaba sentado sobre el trono,” con un libro de pergamino sellado con siete sellos (5:1). Los sellos estaban hechos de cera o de barro, pegados de tal manera para prevenir que el documento se pudiera abrir sin romper el sello. Estos sellos le concedían al documento cierta medida de protección, porque cualquiera que tratara de forzar el documento tendría que romper los sellos primero.

Los sellos tenían impreso el anillo de autoridad, dándole al documento la autoridad de quien lo selló.

“Simbólicamente, las personas eran selladas por Dios o por el Espíritu para marcar la autoridad de Dios sobre ellas (2 Corintios 1:22; Efesios 1:13; Apocalipsis 7)” (Drinkard, 141).

Como veremos en capítulo 6, este pergamino contiene los secretos del futuro. El Cordero abrirá los sellos uno por uno, revelando eventos que los sellos antes escondían.

Un ángel preguntó, “¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos?” (5:2). Nadie en la tierra era digno, y Juan comenzó a llorar de desesperación. Pero un anciano dijo, “No llores: he aquí el león de la tribu de Judá, la raíz de David, que ha vencido para abrir el libro, y desatar sus siete sellos” (5:5).

Entonces Juan vio “un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra” (5:6). Cuando el Cordero tomó el libro, los veinticuatro ancianos y las cuatro criaturas vivientes cantaron un himno exaltando los méritos del Cordero que le autorizaban para abrir el pergamino.

“porque tú fuiste inmolado,

y nos has redimido para Dios con tu sangre,

de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,

y reinaremos sobre la tierra” (5:9-10).

Entonces una multitud de ángeles siguió con el canto (5:11-12) – y Juan oyó “á toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás” (5:13). Capítulo 5 termina con los cuatro animales diciendo “Amén” y los ancianos inclinándose para alabar al Cordero (5:14).

Capítulo 6 muestra el Cordero abriendo los primeros seis de los siete sellos. Aunque generalmente no se podría ver el contenido de un pergamino hasta romper todos los sellos, el libro de Apocalipsis parece más una obra poética que prosa, y la revelación progresiva según se van rompiendo los sellos conlleva licencia poética.

• El abrir de los primeros cuatro sellos reveló cuatro jinetes enviados para presentar sentencias que iban aumentando en severidad: Estas eran conquistar (6:2), eliminar la paz de la tierra (6:4), hambruna (6:6), y matar (6:8).

• El abrir del quinto sello reveló “las almas de los que habían sido muertos por la palabra de Dios” (6:9), que clamaban por justicia (6:10). Se les dijo que descansaran un poco más, porque pronto habría más mártires acompañándoles (6:11).

• El abrir del sexto sello reveló una serie de cataclismos – terremotos, el sol ennegreciéndose, una luna como la sangre, estrellas que caían, un cielo que desaparecía, montes e islas eliminados (6:12-14). Entonces todos en todas partes, desde los más altos reyes hasta los más bajos de los esclavos, clamaban para que los montes cayeran sobre ellos y les protegieran de la ira del Cordero (6:16) – “Porque el gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?” (6:17).

Capítulo 7 se divide en dos partes:

• La primera parte (7:1-8) toma lugar en la tierra, y representa los ciento cuarenta y cuatro mil que fueron “señalados de todas las tribus de los hijos de Israel” (7:4).

• La segunda parte (7:9-17) constituye nuestra lectura del leccionario. Toma lugar en el cuarto del trono celestial, y representa un evento futuro que busca la respuesta a la pregunta, “¿quién podrá estar firme?” (6:17).

Surgen dos preguntas: ¿Quiénes son los ciento cuarenta y cuatro mil (7:1-8), y ¿quién es la gran multitud (7:9-17)? Aunque no podemos estar seguros, parece que los ciento cuarenta y cuatro mil son mártires y que la gran multitud está compuesta de cristianos “de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas” (7:9).

Preguntas similares